ministerial, en grado subordinado, fue en<strong>com</strong>endado a los presbíteros, a fin <strong>de</strong> que,constituidos en <strong>el</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l presbiterado, fuesen cooperadores <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n episcopal paracumplir la misión apostólica confiada por Cristo (Presbyterorum ordinis, 2; cf. Catecismo<strong>de</strong> la Iglesia católica, n. 1562).Esa voluntad <strong>de</strong> Cristo aparece claramente en <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io, que nos refiere cómo Jesúsatribuyó a Pedro y a los Doce una autoridad suprema en su Iglesia, pero quisocolaboradores para <strong>el</strong> cumplimiento <strong>de</strong> su misión. Es significativo lo que nos dice <strong>el</strong>evang<strong>el</strong>ista Lucas: Jesús, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber enviado en misión a los Doce (cf. 9, 1.6),manda un número aún mayor <strong>de</strong> discípulos, <strong>com</strong>o para dar a enten<strong>de</strong>r que la misión <strong>de</strong>los Doce no basta en la obra <strong>de</strong> la evang<strong>el</strong>ización. Designó <strong>el</strong> Señor a otros setenta y dos,y los envió <strong>de</strong> dos en dos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí, a todas las ciuda<strong>de</strong>s y sitios a don<strong>de</strong> él había <strong>de</strong> ir(Lc 10,1).Sin duda, este paso es sólo una prefiguración <strong>de</strong>l ministerio que Cristo instituiríaformalmente más tar<strong>de</strong>, pero manifiesta ya la intención <strong>de</strong>l Maestro divino <strong>de</strong> introducirun número notable <strong>de</strong> colaboradores en <strong>el</strong> trabajo <strong>de</strong> la viña. Jesús <strong>el</strong>igió a los Doce <strong>de</strong>entre un grupo más amplio <strong>de</strong> discípulos (cf. Lc 6, 12.13). Estos discípulos, según <strong>el</strong>significado que tiene <strong>el</strong> término en los textos evangélicos, no son solamente los que creenen Jesús, sino los que lo siguen, quieren recibir su enseñanza <strong>de</strong> Maestro y <strong>de</strong>dicarse a suobra. Y Jesús los <strong>com</strong>promete en su misión. Según san Lucas, precisamente en estacircunstancia Jesús dijo aqu<strong>el</strong>las palabras: La mies es mucha y los obreros, pocos (10, 2).Así quería indicar que, según su pensamiento, vinculado a la experiencia <strong>de</strong>l primerministerio, <strong>el</strong> número <strong>de</strong> los obreros era <strong>de</strong>masiado pequeño. Y no lo era sólo porentonces, sino en todos los tiempos, incluido <strong>el</strong> nuestro, en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> problema se haagravado notablemente. Debemos afrontarlo sintiéndonos estimulados y, al mismotiempo, confortados por esas palabras y .se podría <strong>de</strong>cir. por aqu<strong>el</strong>la mirada <strong>de</strong> Jesústendida hacia los campos en los que hacen falta obreros para la siega. Jesús dio ejemplocon su iniciativa, que podríamos <strong>de</strong>finir <strong>de</strong> promoción vocacional: envió a los setenta ydos discípulos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> haber enviado a los doce Apóstoles.4. Según refiere <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io, Jesús asigna a los setenta y dos discípulos una misiónsemejante a la <strong>de</strong> los Doce: los discípulos son enviados para anunciar la llegada <strong>de</strong>l reino<strong>de</strong> Dios. Realizarán esa predicación en nombre <strong>de</strong> Cristo, con su autoridad: «Quien avosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; yquien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» (Lc 10, 16).Los discípulos reciben, <strong>com</strong>o los Doce (cf. Mc 6, 7; Lc 9, 1), <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> arrojar losespíritus malignos, hasta <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sus primeras experiencias, le dicen aJesús: «Señor, hasta los <strong>de</strong>monios se nos someten en tu nombre». Jesús mismo confirmaese po<strong>de</strong>r: «Yo veía a Satanás caer <strong>de</strong>l ci<strong>el</strong>o <strong>com</strong>o un rayo. Mirad, os he dado <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>pisar <strong>sobre</strong> serpientes y escorpiones, y <strong>sobre</strong> todo po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l enemigo...»(Lc 10, 17.19).También para <strong>el</strong>los, se trata <strong>de</strong> participar con los Doce en la obra re<strong>de</strong>ntora <strong>de</strong>l únicosacerdote <strong>de</strong> la nueva Alianza, Cristo, que quiso conferirles también a <strong>el</strong>los una misión ypo<strong>de</strong>res semejantes a los <strong>de</strong> los Doce. La institución <strong>de</strong>l presbiterado, por consiguiente,2
no respon<strong>de</strong> sólo a una necesidad práctica <strong>de</strong> los obispos, a quienes hacen faltacolaboradores, sino que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> una intención explícita <strong>de</strong> Cristo.5. De hecho, vemos que, ya en los primeros tiempos <strong>de</strong>l cristianismo, los presbíteros(presbyteroi) están presentes y tienen funciones en la Iglesia <strong>de</strong> los Apóstoles y <strong>de</strong> losprimeros obispos, sus sucesores (cf. Hch 11,30; 14, 23; 15,2. 4. 6. 22. 23. 41; 16, 4; 20,17; 21, 18;1 Tm 4, 14; 5, 17.19; Tt 1, 5; St 5, 14;1 P 5, 1. 5; 2 Jn 1; 3 Jn 1). En estoslibros <strong>de</strong>l Nuevo Testamento, no siempre resulta fácil distinguir a los presbíteros <strong>de</strong> losobispos, por lo que se refiere a las tareas que se les atribuyen; pero en seguida se vandibujando, ya en la Iglesia <strong>de</strong> los Apóstoles, las dos clases <strong>de</strong> personas que participan enla misión y <strong>el</strong> <strong>sacerdocio</strong> <strong>de</strong> Cristo, y que luego vu<strong>el</strong>ven parecer y se especifican mejor enlas obras <strong>de</strong> los escritores postapostólicos (<strong>com</strong>o la Carta a los Corintios <strong>de</strong>l Papa sanClemente, las Cartas <strong>de</strong> san Ignacio <strong>de</strong> Antioquia, <strong>el</strong> Pastor <strong>de</strong> Hermas, etc.), hasta que,en <strong>el</strong> lenguaje difundido en la Iglesia establecida en Jerusalén, en Roma y en las <strong>de</strong>más<strong>com</strong>unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Oriente y Occi<strong>de</strong>nte, se termina por reservar <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> obispo al jefey pastor único <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unidad, mientras que <strong>el</strong> <strong>de</strong> presbítero <strong>de</strong>signa a un ministro queactúa bajo la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l obispo.6. Siguiendo esa línea <strong>de</strong> la tradición cristiana y <strong>de</strong> acuerdo con la voluntad <strong>de</strong> Cristoatestiguada en <strong>el</strong> Nuevo Testamento, <strong>el</strong> concilio Vaticano <strong>II</strong> habla <strong>de</strong> los presbíteros<strong>com</strong>o <strong>de</strong> ministros que no poseen la cumbre <strong>de</strong>l pontificado y, en <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong> supotestad, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los obispos, pero por otra parte están unidos a <strong>el</strong>los «en <strong>el</strong> honor<strong>de</strong>l <strong>sacerdocio</strong>» (Lumen Gentium, 28; cf. Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia católica, n. 1564). Estaunión se funda en <strong>el</strong> sacramento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n: «El ministerio <strong>de</strong> los presbíteros, por estarunido con <strong>el</strong> or<strong>de</strong>n episcopal, participa <strong>de</strong> la autoridad con que Cristo mismo edifica,santifica y gobierna su cuerpo» (Presbyterorum ordinis, 2; cf. Catecismo <strong>de</strong> la Iglesiacatólica, n. 1563). También los presbíteros llevan en sí mismos «la imagen <strong>de</strong> Cristo,sumo y eterno sacerdote» (Lumen Gentium, 28). Por tanto, participan <strong>de</strong> la autoridadpastoral <strong>de</strong> Cristo: y ésta es la característica específica <strong>de</strong> su ministerio, fundada en <strong>el</strong>sacramento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, que se les ha conferido. Como leemos en <strong>el</strong> <strong>de</strong>creto Presbyterorumordinis, «<strong>el</strong> <strong>sacerdocio</strong> <strong>de</strong> los presbíteros supone, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, los sacramentos <strong>de</strong> lainiciación cristiana; sin embargo, se confiere por aqu<strong>el</strong> especial sacramento con <strong>el</strong> que lospresbíteros, por la unción <strong>de</strong>l Espíritu Santo, quedan s<strong>el</strong>lados con un carácter particular, yasí se configuran con Cristo sacerdote, <strong>de</strong> suerte que puedan obrar <strong>com</strong>o en persona <strong>de</strong>Cristo cabeza» (n. 2; cf. Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia católica, n. 1563).Ese carácter, conferido con la unción sacramental <strong>de</strong>l Espíritu Santo, en los que loreciben es signo <strong>de</strong> una consagración especial, con respecto al bautismo y a laconfirmación; <strong>de</strong> una configuración más profunda a Cristo sacerdote, que los hace susministros activos en <strong>el</strong> culto oficial a Dios y en la santificación <strong>de</strong> sus hermanos; y <strong>de</strong> lospo<strong>de</strong>res ministeriales que han <strong>de</strong> ejercer en nombre <strong>de</strong> Cristo, cabeza y pastor <strong>de</strong> laIglesia (cf. Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia católica, nn. 1581.1584).7. El carácter es también signo y vehículo, en <strong>el</strong> alma <strong>de</strong>l presbítero, <strong>de</strong> las graciasespeciales que necesita para <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong>l ministerio, vinculadas a la gracia santificanteque <strong>el</strong> or<strong>de</strong>n <strong>com</strong>porta <strong>com</strong>o sacramento, tanto en <strong>el</strong> momento <strong>de</strong> ser conferido <strong>com</strong>o a lo3
- Page 1: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 5 and 6: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 7 and 8: Conviene tener siempre en cuenta es
- Page 9 and 10: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 11 and 12: 4. El ministerio sacramental de los
- Page 13 and 14: modo especial a identificarse míst
- Page 15 and 16: Cristo en este sacramento, en el qu
- Page 17 and 18: presbítero corresponde asegurar el
- Page 19 and 20: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 21 and 22: 4. Desde luego, hace falta siempre
- Page 23 and 24: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 25 and 26: palabra de Dios, que él debe ense
- Page 27 and 28: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 29 and 30: por tanto, se siente impulsada a da
- Page 31 and 32: El Evangelio nos refiere que, en el
- Page 33 and 34: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 35 and 36: mundo entre los hombres y, como bue
- Page 37 and 38: El apóstol Pablo afirma en su prim
- Page 39 and 40: madurada a lo largo de los siglos s
- Page 41 and 42: plan de la creación. Según el con
- Page 43 and 44: contrario, al alimentar en sí mism
- Page 45 and 46: fundar no es de este mundo (cf. Jn
- Page 47 and 48: consultado el consejo presbiteral y
- Page 49 and 50: Eso no sucede sin renuncia al indiv
- Page 51 and 52: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 53 and 54:
por el bienestar material y, sobre
- Page 55 and 56:
ecuménicas, hoy tan actuales e imp
- Page 57 and 58:
Sede Apostólica, según los casos.
- Page 59 and 60:
gran importancia en nuestra época,
- Page 61 and 62:
7. Se trata de una ardua consigna q
- Page 63:
jóvenes y facilitan la respuesta a