Es verdad que hay circunstancias en las que <strong>el</strong> único modo eficaz <strong>de</strong> volver a vincular a laIglesia un ambiente <strong>de</strong> trabajo que ignora a Cristo pue<strong>de</strong> ser la presencia <strong>de</strong> sacerdotesque ejerzan un oficio en dicho ambiente, haciéndose, por ejemplo, obreros con lo<strong>sobre</strong>ros. La generosidad <strong>de</strong> esos sacerdotes es digna <strong>de</strong> <strong>el</strong>ogio. Sin embargo, hay queobservar que <strong>el</strong> sacerdote, al <strong>de</strong>sarrollar tareas y cargos profanos o laicales, corre <strong>el</strong>riesgo <strong>de</strong> reducir su ministerio sagrado a un pap<strong>el</strong> secundario o, incluso, anularlo. Enrazón <strong>de</strong> ese riesgo, que se había <strong>com</strong>probado en la experiencia, ya <strong>el</strong> Concilio habíasubrayado la necesidad <strong>de</strong> la aprobación <strong>de</strong> la autoridad <strong>com</strong>petente para ejercer un oficiomanual, <strong>com</strong>partiendo las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los obreros (cf. Presbyterorum ordinis,8). El Sínodo <strong>de</strong> 1971 señaló, <strong>com</strong>o regla a seguir, la conformidad, o no, <strong>de</strong> un cierto<strong>com</strong>promiso <strong>de</strong> trabajo profano con las finalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>sacerdocio</strong>, "a juicio <strong>de</strong>l obispo <strong>de</strong>llugar con su presbiterio, consultando, si es necesario, a la Conferencia episcopal" (ib.).Por otra parte, está claro que hoy, <strong>com</strong>o en <strong>el</strong> pasado, se pue<strong>de</strong>n presentar casosespeciales en los que algún presbítero, muy dotado y preparado, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar unaactividad en campos <strong>de</strong> trabajo o <strong>de</strong> cultura no directamente eclesiales. Sin embargo, se<strong>de</strong>berá hacer todo lo posible para que sean casos excepcionales. E incluso entonces habráque aplicar siempre <strong>el</strong> criterio que estableció <strong>el</strong> Sínodo, si se quiere ser fi<strong>el</strong> al Evang<strong>el</strong>io ya la Iglesia.5. Concluiremos esta catequesis dirigiéndonos una vez más a la figura <strong>de</strong> Jesucristo,sumo Sacerdote, buen Pastor y arquetipo supremo <strong>de</strong> los sacerdotes. él es <strong>el</strong> mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l<strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong> los bienes terrenos para <strong>el</strong> presbítero que quiere conformarse con laexigencia <strong>de</strong> la pobreza evangélica. En efecto, Jesús nació y vivió en pobreza.Amonestaba san <strong>Pablo</strong>: "Siendo rico, por vosotros se hizo pobre" (2 Co 8, 9). A unapersona que quería seguirlo, Jesús le dijo <strong>de</strong> sí mismo: "Las zorras tienen guaridas y lasaves <strong>de</strong>l ci<strong>el</strong>o nidos; pero <strong>el</strong> Hijo <strong>de</strong>l hombre no tiene dón<strong>de</strong> reclinar la cabeza" (Lc 9,58).Esas palabras manifiestan un <strong>de</strong>sasimiento <strong>com</strong>pleto <strong>de</strong> todas las <strong>com</strong>odida<strong>de</strong>s terrenas.Con todo, no hay que <strong>de</strong>ducir <strong>de</strong> <strong>el</strong>lo que Jesús viviese en la miseria. Otros pasajes <strong>de</strong> losevang<strong>el</strong>ios nos r<strong>el</strong>atan que recibía y aceptaba invitaciones a casa <strong>de</strong> gente rica (cf. Mt 9,10.11; Mc 2, 15.16; Lc 5,29; 7, 36; 19, 5.6), tenía colaboradores que lo ayudaban en susnecesida<strong>de</strong>s económicas (cf. Lc 8, 2.3; Mt 27, 55; Mc 15, 40; Lc 23, 55.56) y podía darlimosna a los pobres (cf. Jn 13, 29). Sea <strong>com</strong>o fuere, no cabe la menor duda <strong>de</strong> la vida y<strong>el</strong> espíritu <strong>de</strong> pobreza que lo caracterizaban.El mismo espíritu <strong>de</strong> pobreza <strong>de</strong>berá animar <strong>el</strong> <strong>com</strong>portamiento <strong>de</strong>l sacerdote,caracterizando su actitud, su vida y su misma figura <strong>de</strong> pastor y hombre <strong>de</strong> Dios. Setraducirá en <strong>de</strong>sinterés y <strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong>l dinero, en la renuncia a toda avi<strong>de</strong>z avi<strong>de</strong>z<strong>de</strong> posesión <strong>de</strong> bienes terrenos, en un estilo <strong>de</strong> vida sencillo, en la <strong>el</strong>ección <strong>de</strong> una moradamo<strong>de</strong>sta, a la que todos tengan acceso, en <strong>el</strong> rechazo <strong>de</strong> todo lo que es o, incluso, a lo quesólo parece lujoso, y en una ten<strong>de</strong>ncia creciente a la gratuidad <strong>de</strong> la entrega al servicio <strong>de</strong>Dios y <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es.6. Por último, añadimos que estando llamados por Jesús, y según su ejemplo, a"evang<strong>el</strong>izar a los pobres", "eviten los presbíteros, y también los obispos, todo aqu<strong>el</strong>loque <strong>de</strong> algún modo pudiera alejar a los pobres" (Presbyterorum ordinis, 17). Por <strong>el</strong>42
contrario, al alimentar en sí mismos <strong>el</strong> espíritu evangélico <strong>de</strong> pobreza, podrán mostrar suopción preferencial por los pobres, traduciéndola en participación y en obras personales y<strong>com</strong>unitarias <strong>de</strong> ayuda incluso material a los necesitados. Es un testimonio <strong>de</strong> Cristopobre quedan hoy tantos sacerdotes, pobres y amigos <strong>de</strong> los pobres. Es una gran llama <strong>de</strong>amor encendida en la vida <strong>de</strong>l clero y <strong>de</strong> la Iglesia. Si alguna vez <strong>el</strong> clero figuró enalgunos lugares entre las categorías <strong>de</strong> los ricos, hoy se siente honrado, con toda laIglesia, <strong>de</strong> estar en primera fila entre los nuevos pobres. Es un gran progreso en <strong>el</strong>seguimiento <strong>de</strong> Cristo por <strong>el</strong> camino <strong>de</strong>l Evang<strong>el</strong>io.43
- Page 1 and 2: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 3 and 4: no responde sólo a una necesidad p
- Page 5 and 6: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 7 and 8: Conviene tener siempre en cuenta es
- Page 9 and 10: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 11 and 12: 4. El ministerio sacramental de los
- Page 13 and 14: modo especial a identificarse míst
- Page 15 and 16: Cristo en este sacramento, en el qu
- Page 17 and 18: presbítero corresponde asegurar el
- Page 19 and 20: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 21 and 22: 4. Desde luego, hace falta siempre
- Page 23 and 24: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 25 and 26: palabra de Dios, que él debe ense
- Page 27 and 28: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 29 and 30: por tanto, se siente impulsada a da
- Page 31 and 32: El Evangelio nos refiere que, en el
- Page 33 and 34: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 35 and 36: mundo entre los hombres y, como bue
- Page 37 and 38: El apóstol Pablo afirma en su prim
- Page 39 and 40: madurada a lo largo de los siglos s
- Page 41: plan de la creación. Según el con
- Page 45 and 46: fundar no es de este mundo (cf. Jn
- Page 47 and 48: consultado el consejo presbiteral y
- Page 49 and 50: Eso no sucede sin renuncia al indiv
- Page 51 and 52: JUAN PABLO IIAUDIENCIA GENERALMiér
- Page 53 and 54: por el bienestar material y, sobre
- Page 55 and 56: ecuménicas, hoy tan actuales e imp
- Page 57 and 58: Sede Apostólica, según los casos.
- Page 59 and 60: gran importancia en nuestra época,
- Page 61 and 62: 7. Se trata de una ardua consigna q
- Page 63: jóvenes y facilitan la respuesta a