Sangresobre AcapulcoAP photo / Bernardino HernándezPolicías ejecutados el sábado 13La muerte de Arturo Beltrán Leyva rompió el control desu cártel en el estado de Guerrero y ahora tres gruposcriminales intentan apoderarse de ese mercado. En plenatemporada vacacional, sicarios de El H y La Barbiese disputan la plaza y siembran el puerto de cadáveres,ante la permisividad de autoridades municipales, estatalesy federales, a las que los narcos advierten: “No semetan, estamos limpiando la plaza”.Gloria Leticia Díaz y Ezequiel FloresMientras el estado de Guerreroes disputado por tres cárteles,la plaza de Acapulcofue escenario de la batallaentre los herederos de ArturoBeltrán Leyva: su hermanoHéctor, El H, y Édgar Valdez Villarreal,La Barbie, que dejó una treintena de cadáveresregados en el puerto entre el 13 y el14 de marzo, ante la permisividad de soldadosy marinos de la IX Región Militar y laVIII Zona Naval.Los enfrentamientos sangrientos entresicarios de La Barbie y El H ocurrieron sinque las Fuerzas Armadas intervinieran sino<strong>para</strong> atestiguar los hechos consumadosy decomisar armas de grueso calibre ycargadores encontrados en al menos cincode nueve vehículos abandonados trasla batalla.Mientras imágenes de cadáveres ensangrentadosy cuerpos mutilados se difundíanen los medios de comunicación, autoridadesmunicipales y estatales se apresurarona negar que existiera una disputa entre bandasrivales de narcotraficantes.El lunes 15, el encargado de despachode la Procuraduría General de Justicia deGuerrero, Albertico Guinto Sierra, declaróque no podía confirmar que se tratara deun enfrentamiento de la delincuencia organizada.El alcalde priista Manuel AñorveBaños dijo no tener “ningún dato confirmado”sobre el origen de la violencia yprefirió hablar sobre la promoción turísticadel puerto.El mismo lunes en que las autoridadesno se daban por enteradas de lo que pasabaen Acapulco, un comando armado de entre20 y 25 hombres llegó en varios vehículosa las instalaciones de la Secretaría de SeguridadPública y Protección Civil municipal,ante el azoro de policías y empleados.Testigos aseguran que los sicarios buscabanal subdirector operativo ArmandoGonzález Valeriano. Como no lo encontraron,intentaron llevarse al escolta del funcionario,Pablo Hernández Rabadán, quienlogró huir, pese a la persecución de los sicariosque provocó pánico entre las secretariasde la dependencia, que fueron a refugiarsea una fonda cercana.“De milagro no dis<strong>para</strong>ron, pero estuvierona punto de agarrarse a balazos con20 1742 / 21 de marzo de 2010
N ARCOTRÁFICO / GUERREROpolicías preventivos que estaban armadostambién”, narra un testigo.Los sicarios entraron y salieron de lasoficinas sin que nadie los molestara y sinser perseguidos. Incluso, a su paso, loshombres armados se dieron el lujo de secuestrara dos jóvenes que viajaban en unacamioneta cherokee. Un día después fueronliberados con vida, amarrados y conel rostro cubierto, en una calle del puertoTras los choques de ese fin de semana,en algunas colonias de Acapulco se reportaronvarias balaceras y estallidos de granadasen varias casas de seguridad, pero losmedios locales ya no publicaron nada más.Una fuente que pidió el anonimato señalóque el objetivo de las matanzas y enfrentamientosdel 13 y el 14 de marzo es “calentarla plaza” que, hasta el momento, controlaÉdgar Valdez Villarreal, La Barbie.“Se enfocaron en levantar y asesinara operadores que responden directamentea El Güero Huetamo (lugarteniente de LaBarbie) y atacar zonas que ni el Ejércitotoca, donde se distribuye cocaína <strong>para</strong> surtira los consumidores, en su mayoría turistaslocales y extranjeros, sobre todo enesta temporada de springbreak”, indicó lafuente consultada.ReacomodosLa guerra por Acapulco se veía venir, despuésde que Arturo Beltrán Leyva, El Jefede Jefes, fue acribillado por marinos el16 de diciembre en Cuernavaca, Morelos.Cuatro días después, El Güero Huetamoconvocó a vendedores de droga y sicarios<strong>para</strong> indicarles que, a partir de ese momento,trabajan <strong>para</strong> La Barbie y hasta lesdio instrucciones <strong>para</strong> impedir la entradade Héctor Beltrán, El H (Proceso 1732).La detención de Rogaciano Alba Álvarez,cacique de la Costa Grande de Guerrerovinculado con Joaquín El Chapo Guzmáne Ismael El Mayo Zambada, el pasado11 de febrero en Jalisco, confirmó que elestado de Guerrero es disputado por tresgrupos del narcotráfico: el de Édgar ValdezVillarreal, ubicado en Acapulco; el de HéctorBeltrán, que controla el corredor Chilpancingo-Morelos,y el de La Familia, queopera en Tierra Caliente y la Costa Grandede Guerrero, <strong>para</strong> el que también trabajaríael que recientemente fue vinculado AlbaÁlvarez.En lo que va del año, esta guerra ha costadola vida a más de 200 personas, segúndocumentos de la Secretaría de SeguridadPública. Entre las víctimas hay militares,policías municipales, agentes ministerialesy civiles.Algunos cadáveres aparecieron conadvertencias de La Barbie o de El Judíoa “todos los que anden con Héctor BeltránLeyva y con (Sergio Villarreal Barragán)El Grande”.En pleno puente vacacional la violenciase enfocó en Acapulco, la principal zona dedistribución, venta y consumo de drogas dela entidad. Las madrugadas del sábado 13y del domingo 14 fueron asesinados 11 sicarios,siete policías municipales, un funcionariodel ayuntamiento, cinco presuntosoperadores de La Barbie (cuatro de ellos decapitados),un descuartizado, cuatro presuntosnarcomenudistas y una turista del Estadode México que murió de un tiro en la cabezaal quedar en medio del fuego cruzado.El lunes 15, otras dos personas fueronejecutadas en un hotel de la zona turísticade Costa Azul.En la región de Tierra Caliente, soldadosdel 40 Batallón de Infantería irrumpieronen varias casas de seguridad de una célulade los Beltrán Leyva que operaba enel municipio de Ajuchitlán del Progreso.En el enfrentamiento murieron 10 presuntossicarios, entre ellos una mujer, así comoun militar.Héctor Beltrán Leyva habría enviado aAcapulco al menos a 30 sicarios a mediadosde febrero, y a otros tantos en el puentevacacional.Pasada la medianoche del viernes 12de marzo, movilizados en un convoy de almenos 15 vehículos y ataviados con trajesnegros y gorras con insignias de la PolicíaFederal, los sicarios de El H atacaron aoperadores de La Barbie en el puerto.Un grupo irrumpió en dos bares de dondesacó a siete personas, entre ellos AlejandroLópez Salgado, medio hermano delexalcalde perredista Alberto López Rosas;al policía municipal Antonio Ramírez, y alexagente de la Policía Ministerial ArmandoLópez Damián, jefe de matones de La Barbiey hermano de Ricardo López, muertoen un enfrentamiento con sicarios en Caletaen junio del año pasado.Estos serían los primeros ejecutados dela jornada sangrienta: cinco cuerpos, dos deellos decapitados, fueron abandonados en elentronque a Tres Palos, mientras otros doscuerpos decapitados quedaron exhibidos enun mirador de la avenida Escénica, en plenazona de hoteles de gran turismo.En el recorrido, siete policías municipalesfueron desarmados y fusilados atrásdel panteón de Tunzingo. Otros dos murierona bordo de su patrulla al ser atacadosen una gasolinera en la carretera Acapulco-Pinotepa.Alrededor de las 6:30 de la mañana delsábado se registraron al menos dos enfrentamientosentre bandas rivales en el extremonorte del puerto, a la altura del pobladoLas Cruces y sobre el bulevar VicenteGuerrero, en los que dos sicarios murieron.Soldados del 56 Batallón de Infanteríallegaron más tarde a bordo de un vehículooficial, tomaron datos de los hechos y seretiraron. Las autoridades ministeriales selimitaron a recoger a los muertos.El resto del sábado transcurrió en tensacalma. Al caer la noche, grupos de camionetasde lujo con gente armada anunciabanuna segunda jornada de violencia.En las primeras horas del domingo 14,las corporaciones policiacas municipalesy estatales recibieron llamadas anónimas<strong>para</strong> advertirles que no intervinieran porqueestaban “limpiando la plaza”, segúnversiones de La Jornada Guerrero.Y así fue. A las 4:30 de la mañana, uncomando armado asesinó a cuatro hombresen la colonia La Bocana, la principal zonade distribución de droga de Acapulco.Una hora después, hombres con chalecosy gorras negras con las siglas de la PolicíaFederal, fuertemente armados y a bordode 15 vehículos, fueron emboscados enel bulevar Vicente Guerrero, el mismo escenariodel enfrentamiento de la víspera.Durante 30 minutos, sicarios armadoscon AR-15 y AK-47 dis<strong>para</strong>ron contra elconvoy. En el lugar quedaron siete cuerposacribillados, cinco dentro de los vehícu losde la caravana.En el fuego cruzado murió una turista,Miriam Sánchez Manjarrez, originaria delEstado de México.Sobre la carpeta asfáltica, a la altura deLa Venta y el poblado Arroyo Seco, otrosdos cuerpos acribillados más fueron localizadospor las autoridades.Entre los sicarios acribillados habíahombres de entre 17 y 40 años originariosde Chilpancingo, Iguala, Tlacotepec y elestado de Morelos, indica un reporte ministerial.Uno de los muertos fue identificadocomo Esteban Pineda Duque, agentede la Policía Ministerial adscrito en la comandanciadel sector Emiliano Zapata deAcapulco, dijeron fuentes de la PGJ.De nuevo, las Fuerzas Armadas se limitarona tomar nota de lo ocurrido. A las 10 demañana, unos seis vehículos de la Secretaríade Marina-Armada de México acordonaronel área mientras peritos de la ProcuraduríaGeneral de Justicia del Estado y agentes ministerialesrealizaban diligencias.Ese domingo, los restos de un hombredescuartizado fueron abandonados en lasescalinatas de la iglesia de la colonia LaGarita. Su rostro había sido desprendido,como una máscara.Tal saña no es nueva, al menos no en estazona del puerto. Aquí fue asesinado hacetres años, el 27 de enero de 2006, CarlosLanderos Sánchez, lugarteniente de JoaquínEl Chapo Guzmán.Meses más tarde, el 19 de abril de 2007,frente a la iglesia de La Garita, en las oficinasdel gobierno del estado, se colocaronlas cabezas de unos policías preventivosmunicipales, junto al letrero “Para queaprendan a respetar”.A partir de entonces se inauguró la erade las decapitaciones, y la guerra por elcontrol del puerto no termina.1742 / 21 de marzo de 2010 21