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199El hombre a imagen de DiosEn cuanto a lo físico, estamos hechos de <strong>el</strong>ementos terrenales como <strong>el</strong> polvode <strong>la</strong> tierra. De hecho, al morir nuestros cuerpos volverán al polvo. Como esobvio, esto no es algo que pueda decirse de Dios. En cambio, nuestra condiciónde personas es eterna y es lo que nos hace semejantes a Dios. La imagen deDios se encuentra <strong>por</strong> lo tanto en <strong>la</strong> parte inmaterial de nuestro ser.Esto no quiere decir que nuestra forma cor<strong>por</strong>al carezca <strong>por</strong> completo de<strong>el</strong>ementos propios de <strong>la</strong> imagen divina. Como lo dijo Juan Calvino: "<strong>la</strong> imagende Dios se extiende a todo aqu<strong>el</strong>lo en lo que <strong>la</strong> naturaleza d<strong>el</strong> hombre sobrepasaa <strong>la</strong> de todas <strong>la</strong>s demás especies de animales ... Aunque <strong>la</strong> imagen divina seafincó en <strong>la</strong> mente y en <strong>el</strong> corazón d<strong>el</strong> hombre, así como en <strong>el</strong> alma y suscapacidades sublimes, no había parte alguna, aun en su cuerpo, en <strong>la</strong> que nobril<strong>la</strong>ran algunos rayos de <strong>la</strong> gloria divina". 5La postura misma d<strong>el</strong> ser humano, erguido sobre sus pies, le distingue d<strong>el</strong>os animales de cuatro patas y de <strong>la</strong>s criaturas que se arrastran sobre <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.La postura natural de los animales dirige su mirada a <strong>la</strong> tierra, mientras que <strong>el</strong>hombre ha sido diseñado para levantar <strong>la</strong> mirada a los ci<strong>el</strong>os, donde puedecontemp<strong>la</strong>r <strong>la</strong> gloria que Dios allí despliega. Esta es una de <strong>la</strong>s muchas manerasen que <strong>la</strong> gloria de Dios se refleja hasta en <strong>la</strong> constitución física de nuestraespeCle.Nuestras leguas, con su capacidad para formar pa<strong>la</strong>bras y hab<strong>la</strong>r en lenguajesllenos de significado, también reflejan nuestra semejanza a Dios.Nuestros mismos rostros, con ojos expresivos y una gran cantidad deexpresiones faciales significativas, han sido diseñados de manera especial para<strong>la</strong> comunicación y <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones personales. Así pues, aunque <strong>el</strong> cuerpohumano no es <strong>el</strong> <strong>por</strong>tador principal de <strong>la</strong> imagen de Dios en <strong>el</strong> hombre, <strong>el</strong>cuerpo mismo ha sido e<strong>la</strong>borado de forma especial para que pueda servircomo un vehículo a través d<strong>el</strong> cual se manifiesta a plenitud esa imagen.Henry Morris escribió lo siguiente:Solo podemos decir que, aunque Dios no tiene un cuerpo físico, Éldiseñó y formó <strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> hombre para permitirle ejecutarfunciones que Dios mismo ejecuta sin necesidad de un cuerpo. Diospuede ver (Gn. 16:13), oír (Sal. 94:9), oler (Gn. 8:21), tocar (Gn. 32:32)
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