<strong>de</strong> inestabilidad económica y social <strong>de</strong>l país y la amenaza <strong>de</strong> la que sería la guerra <strong>de</strong> los MilDías, tomaron otro rumbo, y varias notas y reseñas periodísticas atestiguan su paso sucesivopor Costa Rica —San José, en septiembre-octubre <strong>de</strong> 1899—, Nicaragua —Managua, en noviembre<strong>de</strong> 1899—, El Salvador —San Salvador, en febrero <strong>de</strong> 1900— y Guatemala —Ciudad<strong>de</strong> Guatemala y Quetzaltenango, en abril-octubre 1900—, para finalmente llegar a EstadosUnidos con la nueva mira <strong>de</strong> participar en la Exposición Panamericana <strong>de</strong> Buffalo, inauguradaa comienzos <strong>de</strong> ese año. Los miembros <strong>de</strong>l conjunto que llegó a Nueva Orleáns en mayo <strong>de</strong>1901 eran —a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Morales Pino— Carlos Goldsworthy —bandola—, Blas Forero —violín y bandola—, Carlos Escamilla —tiple— y Gregorio Silva —guitarra y violonchelo— 26 .La breve nota sobre Morales Pino escrita en octubre <strong>de</strong> 1898 para la mencionadaRevista Ilustrada por el periodista, poeta y activista cubano Emilio Bobadilla (1862-1921)—conocido como Fray Candil— pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse la pieza periodística <strong>de</strong> lanzamiento<strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong> Morales y su grupo. Sin embargo, dicha nota —acompañada por una fotografíay la partitura <strong>de</strong> su pasillo Confi<strong>de</strong>ncias— es algo más que eso, pues encarna con claridad eltipo <strong>de</strong> discurso —muy influyente, por cierto— que sobre la música nacional manejabanmuchos intelectuales latinoamericanos <strong>de</strong>l momento. Fray Candil se alinea con la i<strong>de</strong>ahegeliana y romántica <strong>de</strong>l Volksgeist —o “alma nacional”— que supuestamente encarnabanartistas como Morales Pino, y naturalmente, en ese contexto, cuanto más “moreno, <strong>de</strong> tezindia”, resultara este artista, mucho mejor la representaba, condición que, por su parte, esteúltimo cumplía a cabalidad. Así las cosas, y según esta visión i<strong>de</strong>alizada <strong>de</strong> lo i<strong>de</strong>ntitario,en su música “se oía el llanto dolorido <strong>de</strong> este pedazo <strong>de</strong> América […] el grito melancólico,el que lanzan los proscritos, los enfermos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>al, los hambrientos <strong>de</strong> justicia” 27 . <strong>No</strong> hayduda <strong>de</strong> que las palabras <strong>de</strong> Bobadilla tuvieron repercusión continental, ya que se las citaen las reseñas <strong>de</strong> las actuaciones <strong>de</strong> la Lira en Managua y San Salvador 28 . Sin embargo,Morales Pino se <strong>de</strong>batía entre esta visión y la <strong>de</strong>l artista internacional, que también se lefundamental a este respecto es el álbum <strong>de</strong> recortes <strong>de</strong> prensa, programas <strong>de</strong> conciertos y fotografíascompilado por el mismo Pedro Morales Pino y utilizado por primera vez en OctavioMarulanda, “Primera parte”, en Octavio Marulanda y Gladys González Arévalo, Pedro MoralesPino: la gloria recobrada, Ginebra (Valle <strong>de</strong>l Cauca): Fundación Promúsica Nacional <strong>de</strong> Ginebra,1994, y posteriormente en Jaime Rico Salazar, La canción colombiana: su historia, sus compositoresy sus mejores intérpretes, Bogotá: <strong>No</strong>rma, 2004.26 Washington D.C., US National Archives, Passenger Lists, New Orleans. Goldsworthy era<strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> una familia <strong>de</strong> mineros <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Inglaterra llegada a Marmato (Caldas) acomienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1830. Véase Álvaro Gärtner, Los místeres <strong>de</strong> las minas. Crónica <strong>de</strong> lacolonia europea más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> Colombia en el siglo xix, surgida alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las minas <strong>de</strong> Marmato,Supía y Riosucio, Manizales: <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Caldas, 2005, p. 261. Su apellido fue mal citado —como Wordsworthy— por Marulanda y Rico Salazar. El primero en caer en esta confusión fueÁñez (pp. 53-66), error reproducido <strong>de</strong>spués por los autores citados.27 Fray Candil, “Pedro Morales Pino (<strong>No</strong>tas)”, Revista Ilustrada, i, 6, 20 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1898, pp.95-96; fotografía en p. 90 y partitura en pp. 92-93.28 Marulanda, pp. 69 y 97.Cien años <strong>de</strong> grabaciones comerciales <strong>de</strong> música colombianaEgberto Bermú<strong>de</strong>z[95]
estimulaba en Bogotá, don<strong>de</strong> influyentes intelectuales le pedían, el mismo año <strong>de</strong> su viaje,que no “malbaratara su genio” y que se aplicara al nacionalismo musical, es <strong>de</strong>cir a “echarlos sólidos fundamentos <strong>de</strong> nuestra música clásica nacional”, pues esperaban que, en susmanos, esta —que se manifestaba en estado naciente— “pasara <strong>de</strong> bailes y serenatas aconciertos” 29 . Morales Pino escribió poco, pero, analizando su repertorio y sus actuaciones,no es fácil concluir que aceptara el papel que le sugerían; por el contrario, siempre quisoser un artista internacional, y la reducción <strong>de</strong> su figura artística a la <strong>de</strong> encarnación <strong>de</strong>l“alma nacional” es obra <strong>de</strong> sus biógrafos y admiradores, quienes, en flagrante anacronismo,preten<strong>de</strong>n encontrar en el siglo xix la estri<strong>de</strong>ncia y los argumentos <strong>de</strong> la lucha cultural <strong>de</strong>los años sesenta <strong>de</strong>l siglo xx 30 .La participación <strong>de</strong> música que hoy llamaríamos “étnica” en la Exposición Panamericanatuvo como ejemplos notorios a varios conjuntos <strong>de</strong> músicos africanos y <strong>de</strong>l MedioOriente y —en cuanto a lo latinoamericano— a un grupo <strong>de</strong> músicos puertorriqueños queasistió en representación <strong>de</strong> Hawái —<strong>de</strong>nominado Hawaiian Band—. Los puertorriqueñoshabían llegado en masa a aquella isla meses antes, emigrados <strong>de</strong> su isla natal <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> la <strong>de</strong>vastación <strong>de</strong>jada por un huracán y como parte <strong>de</strong> la estrategia norteamericana <strong>de</strong>reforzar —con mano <strong>de</strong> obra experimentada— las plantaciones <strong>de</strong> caña <strong>de</strong> azúcar en la islapolinésica recién anexada. Dicho conjunto contaba con dos violines y dos flautas traversascomo instrumentos melódicos, apoyados por guitarras, bandolas y ukeleles, instrumentos <strong>de</strong>cuerda corrientes en las antiguas colonias <strong>de</strong> tradición hispánica <strong>de</strong> Asia y el Caribe. Infortunadamente,<strong>de</strong>sconocemos el repertorio <strong>de</strong> este conjunto, aunque su instrumentación noconstituía algo tan exótico como los instrumentos africanos o <strong>de</strong>l Medio Oriente y a<strong>de</strong>más—por su raíz cultural común— estaban emparentados con los <strong>de</strong> la Lira Colombiana 31 . Porotra parte, Miguel Lerdo <strong>de</strong> Tejada y su Orquesta Típica fueron enviados especialmente porel presi<strong>de</strong>nte Porfirio Díaz como representantes <strong>de</strong> su país a la Exposición <strong>de</strong> Buffalo y seencargaron <strong>de</strong> la parte musical <strong>de</strong>l pabellón “Streets of Mexico”, réplica <strong>de</strong> un pueblo mexicano,con plaza, cantina y plaza <strong>de</strong> toros. Un fotografía muestra una formación instrumentalsimilar a la ya mencionada, con violines, salterios y bandolas como instrumentos melódicos,acompañados <strong>de</strong> guitarras, bandolas bajas, contrabajo y, esta vez, timbales. La indumentaria29 “Morales Pino”, El Rayo X, Bogotá, 17 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1898 y 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1898. Es probableque estas notas fueran obra <strong>de</strong> Clímaco Soto Borda, importante colaborador <strong>de</strong> este periódico.30 Véanse Egberto Bermú<strong>de</strong>z, “La <strong>Universidad</strong> Nacional y la investigación musical en Colombia:tres momentos”, Miradas a la <strong>Universidad</strong>, Bogotá: <strong>Universidad</strong> Nacional <strong>de</strong> Colombia, DivulgaciónCultural, 3, 2006, pp. 51-67, y “Panamericanismo a contratiempo: el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> lamusicología en Colombia: 1950-70”, en Música/musicología y colonialismo. Coloquio Internacional,Montevi<strong>de</strong>o, 3-5 octubre 2009, en prensa. Un ejemplo reciente <strong>de</strong> esta visión es el <strong>de</strong> Berta LucíaPosada, “Una educación que ignoró nuestro sentir”, Revista <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Artes, <strong>Universidad</strong><strong>de</strong> Antioquia, 5, 10, jul.-dic. 2005, pp. 64-71.31 Fotografía en Cosmopolitan, 31, 5, sep. 1901.[96] <strong>Ensayos</strong>. Historia y teoría <strong>de</strong>l arteDiciembre <strong>de</strong> 2009, <strong>No</strong>. 17
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