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Ludovico Silva<br />
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literaria y artística, o temas urgentes como el desarme nuclear y<br />
los “accidentes” atómicos y los “incidentes” diplomáticos, ejercen<br />
una sana influencia en sus muchos lectores, pues este político-pensador,<br />
por su cultura humanística, sabe llegar al fondo<br />
de nuestras desorientadas conciencias de venezolanos que no<br />
sabemos muy bien hacia dónde vamos, acaso por no saber muy<br />
bien de dónde venimos. Se necesitan estas mentes clarificadoras,<br />
pues lo cierto es que el venezolano común lo único que sabe a<br />
ciencia cierta es lo que dice el célebre verso de Gerbasi: “Venimos<br />
de la noche y hacia la noche vamos” 88 .<br />
En el mismo sentido puede hablarse de un ensayista más<br />
joven (1945): Teódulo López Meléndez, quien además es poeta,<br />
como lo demuestra su reciente libro Mestas (1986). Aunque<br />
también ha dedicado obras al ensayo sobre el fenómeno literario,<br />
quisiera destacar aquí más que nada su contribución a eso que<br />
provisoriamente hemos llamado “ensayo sobre política”, pero que<br />
en realidad es un pensar, un reflexionar y un denunciar asuntos<br />
que competen a nuestro entero mundo cultural. En este sentido,<br />
dos de sus libros son altamente significativos: El venezolano<br />
amaestrado (1975) y Reflexiones sobre la República (1978). El<br />
primero de ambos fue publicado en una fecha interesante. Pocas<br />
mentes adivinaban por entonces cuál iba a ser nuestro futuro en<br />
la década siguiente, la década del “Viernes Negro”, la caída del<br />
Bolívar, la caída del petróleo, la caída de la moral. Todavía se vivía<br />
lo que López Meléndez llama la mentalidad del “bonche” que<br />
es lo que otros como Alfredo Tarre Murzi –también muy buen<br />
ensayista político– llamó “el festín de Baltasar” en su célebre libro<br />
Venezuela saudita (1978). López Meléndez, para entonces un<br />
joven de 32 años, dijo en ese libro unas cuantas verdades anticipatorias<br />
que vale la pena citar o glosar. En una parte titulada<br />
88 Vicente Gerbasi, Mi padre, el inmigrante, Ediciones SUMA (Col. Unicornio),<br />
Caracas: 1945.