VIOLENCIA?
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142 | ¿Consumimos violencia?<br />
CONCLUSIONES 04<br />
ámbito PÚBLICO<br />
Movilidad en los municipios<br />
El espacio urbano y la movilidad se ha configurado desde una perspectiva androcéntrica.<br />
En este sentido, la movilidad, al igual que la composición de la<br />
ciudad, se ha configurado para responder a las necesidades de desplazamiento<br />
propias del trabajo productivo y no de aquellas vinculadas al trabajo reproductivo<br />
y de cuidados. Ello, además, se ve legitimado por un conjunto de símbolos<br />
y valores culturales y sociales que aumentan la percepción del espacio como<br />
masculinizado y mantienen la división sexual del transporte.<br />
Hecho que se traduce en que las mujeres puedan verse afectadas psicológicamente<br />
y físicamente en mayor medida que los hombres a causa de: la reducción<br />
del tiempo para el ocio y actividades personales (más tiempo para los desplazamientos),<br />
la sensación de vulnerabilidad y miedo ante posibles agresiones y,<br />
por último, el sentimiento de culpabilidad en caso de ser víctima de violencia.<br />
Los datos cuantitativos indican que:<br />
èè<br />
Un 87,8% de los hombres dispone de carnet de conducir frente al 70% de<br />
las mujeres y esta diferencia incrementa según avanza la edad.<br />
èè<br />
El 38,6% de las mujeres comparte coche con su pareja, frente al 29,4% de<br />
los hombres.<br />
èè<br />
Independientemente de que trabajen fuera del hogar, el uso del coche por<br />
parte de las mujeres (33,7%) queda lejos de equipararse al uso que hacen<br />
los hombres (60,7%).<br />
èè<br />
Ellas, además, afirman ir andando en un porcentaje superior que los<br />
hombres (el 39,1% frente al 19,1%) y señalan utilizar con mayor frecuencia<br />
el transporte público (el 21,8% frente al 7,7%).<br />
Por otra parte, se dan diferencias claras en relación a las violencias psicológicas<br />
derivadas de la movilidad a pie en los municipios. Las mujeres se enfrentan<br />
a los puntos negros de los municipios que provocan inseguridad y miedo<br />
real (66,4% y 59,4% de las mujeres respectivamente). Y una tercera parte ha<br />
vivido agresiones en forma de comentarios en la calle y ha cambiado de hábitos<br />
de movilidad por miedo a ser atacada en la calle. Asimismo, el 18,3% de las<br />
mujeres ha visto invadido su espacio físico en el transporte público.<br />
Los efectos que tienen el total de trayectos sobre su salud física y mental apenas<br />
ofrece diferencias entre mujeres y hombres, ni siquiera cuando se observan<br />
los resultados desde los diferentes medios de movilidad que utilizan. Por<br />
lo que cabe concluir que, además del medio de transporte utilizado, existen<br />
otros factores que pueden estar influenciando en que se den o no diferentes<br />
manifestaciones de violencia psicológica.