VIOLENCIA?
AhfP300NcZP
AhfP300NcZP
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
65 | ¿Consumimos violencia?<br />
MARCO TEÓRICO 02<br />
los hombres. Por ejemplo, en una reciente campaña de publicidad de un<br />
centro de salud, saltaba a la vista cómo las mujeres son las que ejercen de<br />
enfermeras mientras que los hombres son los médicos.<br />
èè<br />
Estas formas de representar a las mujeres tienen graves consecuencias<br />
en el imaginario colectivo, pues la división sexual del trabajo repercute<br />
a la hora de que mujeres y hombres cuenten con las mismas posibilidades<br />
de ver sus aspiraciones y deseos satisfechos. Además, alimenta fenómenos<br />
sociales negativos para las mujeres, tales como la discriminación<br />
laboral y la brecha salarial, entre otros.<br />
Vinculado al mantenimiento de los roles de género, la publicidad ejerce violencias<br />
machistas en la medida que propone un modelo de sociedad fuertemente<br />
heteronormativo. La publicidad no es sólo una herramienta comunicativa al<br />
servicio del estímulo de las actitudes de compra y del fomento de hábitos de<br />
consumo, sobre todo, es una herramienta muy eficaz de transmisión ideológica.<br />
De hecho, se sigue difundiendo el modelo de familia tradicional basado en<br />
los roles de género y que tal y como hemos comentado, sustentan y perpetúan<br />
la subordinación de las mujeres. Además, no podemos olvidar que estos modelos<br />
de familias se sustentan en ideales como el amor romántico y las relaciones<br />
de poder entre mujeres y hombres, y que a menudo afectan a la instauración de<br />
otros tipos de relaciones, las cuáles también se encuentran fuertemente marcadas<br />
por los estereotipos de género.<br />
Tal y como nos recuerdan diversas autoras y autores, existe un vínculo muy<br />
estrecho entre el amor romántico y las violencias machistas.<br />
Por otro lado, el modelo tradicional de familia excluye a aquellos sujetos con<br />
cuerpos, identidades y orientaciones sexuales diversas, apoyando así el mantenimiento<br />
de su discriminación, y en muchos casos, de su aislamiento social.<br />
Si bien es cierto, que en la publicidad se está difundiendo cada vez más la imagen<br />
del “hombre gay” (generalmente con alto poder adquisitivo y “moderno”),<br />
esta imagen de la homosexualidad resulta estereotipada e incompleta, al no<br />
incorporar a otros sujetos no heteronormativos, y en especial a las mujeres.<br />
Podríamos preguntarnos, por ejemplo, el alcance que tienen en la publicidad<br />
las mujeres lesbianas para darnos cuenta de que nuevamente son las mujeres<br />
las que sufren un mayor grado de discriminación e invisibilización.<br />
Por último, la publicidad ejerce violencias machistas a través de la proliferación<br />
de un ideal de belleza inalcanzable y del culto al cuerpo. Un ideal que<br />
fomenta una imagen irreal y que se traduce en una proliferación de enfermedades<br />
relacionadas con la auto percepción del cuerpo, como son la anorexia y<br />
la bulimia, y el creciente número de personas que deciden cambiar rasgos de<br />
su cuerpo mediante la cirugía estética. Todo ello es un reflejo más de la violencia<br />
simbólica que mantienen la subordinación de las mujeres a través de las<br />
representaciones culturales y el lenguaje, y cuyas mayores víctimas son las