VIOLENCIA?
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22 | ¿Consumimos violencia?<br />
SISTEMATIZACIÓN DEL PROCESO 01<br />
y la reproducción de estereotipos machistas, asumiendo como la forma más<br />
eficaz para su modelo económico, la discriminación de las mujeres y el mantenimiento<br />
de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres y la<br />
naturaleza.<br />
Así, el sistema capitalista y el sistema patriarcal están íntimamente imbricados<br />
y tiene como uno de sus recursos fundamentales la violencia y la explotación<br />
de la naturaleza y las personas y en concreto de las mujeres.<br />
Ante esta realidad, señalamos a continuación cuáles han sido los elementos<br />
teóricos que han sostenido el proceso en su globalidad:<br />
èè<br />
Partimos de un enfoque feminista que sitúa la sostenibilidad en el centro,<br />
y que conlleva desvelar el conflicto social existente entre la lógica de<br />
la acumulación del capital y la lógica de la reproducción de la vida de las<br />
personas. Este enfoque supone una alternativa orientada a la transformación<br />
estructural en la manera de organizar la producción, la circulación,<br />
la distribución y el consumo de forma justa, equitativa y sostenible<br />
al servicio de las personas.<br />
èè<br />
El triángulo vicioso de la violencia introducido por Johan Galtung,<br />
y que algunas feministas ya ha explorado y utilizado, nos ha permitido<br />
visibilizar y analizar los distintos niveles a los que operan las violencias<br />
machistas, que no hay que confundir con los tipos de violencia y la relación<br />
compleja entre los distintos niveles. Desde este enfoque se entiende<br />
que el patriarcado mezcla violencia directa, estructural y cultural en un<br />
triángulo vicioso. Cada una refuerza a las demás en ciclos que empiezan<br />
en cualquiera de sus ángulos. La violencia directa, como la violación, intimida<br />
y reprime; la violencia estructural institucionaliza y la violencia<br />
cultural interioriza esa relación.<br />
èè<br />
En cuanto al consumo, frente al modelo de consumo capitalista, se ha<br />
tomado como referencia el consumo crítico, responsable y transformador<br />
(CCRT). Este es un concepto acuñado por Setem, que entiende se da<br />
cuando la acción de compra o de no compra promueve una transformación<br />
social y escoge los productos y servicios no sólo en base a su calidad<br />
y precio, sino también según criterios éticos, culturales, sociales y<br />
medioambientales, potenciando la adquisición de aquellos más justos y<br />
sostenibles 4 .<br />
èè<br />
Por último, queremos explicitar otro enfoque teórico que ha facilitado<br />
el proceso de reflexión y aprendizaje: la interseccionalidad que ha sido<br />
definido como “un sistema complejo de múltiples y simultáneas estructuras<br />
de opresión” en el cual la discriminación por razones de sexo, raza/<br />
etnicidad, edad, preferencia sexual, y otros factores, entre los que se incluye<br />
la pobreza, interactúan, generando un contínuum que comprende<br />
diversas manifestaciones y gradaciones de violencia 5 .<br />
4. La definición de CCRT está todavía<br />
siendo debatida dentro de la red ZarenSare-EnRedando<br />
y no es un concepto<br />
cerrado y acabado.<br />
5. Patricia Muñoz Cabrera (2011). Violencias<br />
Interseccionales Debates Feministas<br />
y Marcos Teóricos en el tema de<br />
Pobreza y Violencia contra las Mujeres<br />
en Latinoamérica. Central AmericaWomen’s<br />
Network (CAWN).