Pensando en Movimiento
Sistematización de los procesos de formación y construcción de subjetividad social del Movimiento de Niños y Niñas Sembradores de Paz en el Eje Cafetero, Cundinamarca y Bogotá
Sistematización de los procesos de formación y construcción de subjetividad social del Movimiento de Niños y Niñas Sembradores de Paz en el Eje Cafetero, Cundinamarca y Bogotá
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Como se podrá apreciar al leer los relatos, cada<br />
situación límite fue estructural <strong>en</strong> la vida cotidiana<br />
de la infancia y marcó para siempre la vida futura. No<br />
obstante, cada testimonio muestra la fuerza vital de<br />
personas que se afirmaron como sujetos <strong>en</strong> medio<br />
de esas circunstancias adversas. Estamos acostumbrados<br />
a que es la ley y no la persona humana la que<br />
define al sujeto de derechos, pero somos muy poco<br />
s<strong>en</strong>sibles al testimonio del que afirma sus derechos<br />
<strong>en</strong> la vida cotidiana, muchas veces aun sin ningún<br />
discurso de derechos humanos y sin el apoyo de instituciones<br />
públicas o privadas. Afirmarse <strong>en</strong> la vida<br />
cotidiana desde una perspectiva de derechos humanos<br />
no es poner <strong>en</strong> ella, <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro, el l<strong>en</strong>guaje<br />
de la ley y los procedimi<strong>en</strong>tos, sino poner <strong>en</strong> el horizonte,<br />
el s<strong>en</strong>tido de la vida y la dignidad humanas, y<br />
afirmarse como persona y como comunidad.<br />
charcos de sangre de la noche anterior cuando iba<br />
a la escuela. También ocurría que a veces, cuando<br />
mi lonchera se abría, las frutas rodaban 500 escalones<br />
abajo porque por eso es que mi barrio se llama<br />
Las Lomas.<br />
Nadie sabe qué es t<strong>en</strong>er una infancia normal, pero<br />
<strong>en</strong> fin, mi infancia estuvo d<strong>en</strong>tro de lo normal; normal<br />
<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado. Con juego, magia y amor<br />
por cosas s<strong>en</strong>cillas. Pero un día viví una esc<strong>en</strong>a que<br />
ahora sé que cambió mi vida para siempre. Yo t<strong>en</strong>ía<br />
7 años, era octubre 31 de 1986, día de recoger dulces,<br />
lo cual no quería decir que lo pudiéramos hacer,<br />
era peligroso. Yo estaba <strong>en</strong> casa de mi tía y necesitaba<br />
dulces, pero los t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> mi casa. En este punto<br />
de la historia todo se explica mejor con un dibujo.<br />
A continuación pres<strong>en</strong>tamos las historias, pero antes<br />
advertimos que tratamos de conservar <strong>en</strong> ellas<br />
el texto original, por la riqueza simbólica que nos<br />
aporta. De ahí que pedimos compr<strong>en</strong>sión, si se<br />
percibe algún error con el uso del idioma.<br />
3.1 “Cuando mi lonchera se abría, las frutas<br />
rodaban 500 escalones abajo”<br />
En g<strong>en</strong>eral, me gusta escribir; sin embargo, no<br />
quisiera relatar muchas cosas y perder el eje c<strong>en</strong>tral<br />
del relato.<br />
Básicam<strong>en</strong>te tuve una infancia feliz d<strong>en</strong>tro de una<br />
bella casa, pero <strong>en</strong> un barrio viol<strong>en</strong>to. Mi padre y<br />
mi madre eran un poco conservadores, pero jamás<br />
han dejado de ser especiales conmigo y de darme<br />
amor. En ese barrio escuchaba tiroteos y rumores<br />
de muerte casi todas las semanas. A veces veía<br />
Cada situación<br />
límite fue estructural<br />
<strong>en</strong> la vida cotidiana<br />
de la infancia y<br />
marcó para siempre<br />
la vida futura.<br />
…p<strong>en</strong>sando <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to…<br />
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