V 32 N 68 Final
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COSS LARA, J.D., MUNGUÍA GIL, A. Y MONFORTE MÉNDEZ, G.<br />
y aceptamos la información que nos llega, especialmente de<br />
los medios de comunicación masiva.<br />
Básicamente 100 años después, los estudios, conceptos y<br />
teorías han cambiado, ahora se considera al receptor como<br />
agente activo en el proceso de comunicación humana,<br />
generador de interpretaciones las cuales son interferidas por<br />
mediaciones (factores que influyen en la recepción de la<br />
información), conocer las mediaciones que están presentes<br />
en nuestro proceso de comunicación intercultural ayudaría a<br />
planear nuestros trabajos para que la información sea<br />
reconstruida de la manera que deseamos.<br />
Por ejemplo, una definición pertinente para el presente<br />
trabajo es el que nos da el sociólogo Antonio Lucas Marín<br />
(2003: 59-61) al afirmar que la comunicación es un proceso<br />
en el que los sujetos participantes (en este caso grupos<br />
sociales) interactúan de manera constante emitiendo y<br />
recibiendo mensajes, a partir de los cuales se asignan<br />
significados en común para poder lograr la comunicación,<br />
codificando y decodificando signos.<br />
En este sentido, la comunicación es un intercambio de<br />
conocimientos y significados entre sujetos que tienen<br />
diferentes perspectivas, quienes, a lo largo de su interacción,<br />
deberían de generar un entendimiento en común, por<br />
ejemplo, entender el concepto de desarrollo sustentable como<br />
base de los proyectos a trabajar en la Reserva Biocultural del<br />
Puuc (REBC).<br />
Teóricos como Luis Ramiro Beltrán Salmón (2005:20)<br />
rescata el hecho de que la comunicación debe ser “un acuerdo<br />
entre las partes”, por lo que también puede ser considerada<br />
una herramienta para las mejorías sociales. Siguiendo con las<br />
ideas del mismo autor, la comunicación pretende establecer<br />
un “proceso de interacción democrática”, ya que tiene que<br />
crear un ambiente en el que todos puedan opinar, un ambiente<br />
perfecto para los trabajos en la REBC.<br />
Es el mismo autor Beltrán (2008:257) quien aclara que la<br />
comunicación es el proceso acceso-diálogo-participación<br />
creado a partir de los derechos-necesidades-recursos. Es<br />
decir que es el proceso que combina el derecho de dialogar y<br />
participar para decidir sobre el uso de los recursos y como<br />
esto pueden satisfacer sus necesidades y resolver sus<br />
problemáticas. Por lo que es esencial la participación de los<br />
actores sociales para aspirar a alcanzar el desarrollo social.<br />
Es así como formamos el concepto de comunicación<br />
participativa, como proceso que involucra a todos los actores<br />
como parte de sus respectivos grupos sociales (por lo que<br />
llevan consigo una carga simbólica sobre el mundo que los<br />
rodea), con el derecho de alzar la voz para hacer visibles sus<br />
problemas y necesidades, todo con el fin de llegar a acuerdos<br />
comunes a través del ir y venir de información, sobre cómo<br />
utilizar los recursos para resolver las problemáticas,<br />
satisfacer las necesidades y avanzar en una propia<br />
construcción de desarrollo. Recordemos que la REBC está<br />
en medio de una zona de habitantes con cultura maya, y<br />
pueden tener su propia visión sobre lo que es un problema, lo<br />
que es una necesidad y sus posibles soluciones, avanzando<br />
en su propia definición de desarrollo.<br />
Para Alfaro (2006), que al principio trabajaba sobre el<br />
desarrollo para las personas y sobre la voluntad de cambio,<br />
“la comunicación permite introducir en el desarrollo una<br />
voluntad de compromiso con los sectores excluidos, que<br />
luego ha permitido construir otros conceptos”. Así el<br />
desarrollo es un compromiso social de muchos que suele<br />
asentarse en lo que la autora llama “redes comunicativas de<br />
responsabilidades compartidas por el cambio”, debemos de<br />
comunicarnos para identificar nuestros problemas y hacerlos<br />
comunes, esto involucra la memoria recordando lo ya<br />
caminado y sus interrupciones, pues el desarrollo es muy<br />
diferente con cada generación.<br />
Cabe señalar que muchas personas aún creen que la<br />
comunicación solo es un vínculo entre los actores, un proceso<br />
lineal, no se profundiza en su estudio y práctica<br />
transdisciplinaria, o solo se le limita en la creación de diseño<br />
gráfico y uso de los medios de comunicación a través de su<br />
propia visión y no a partir de la otredad.<br />
Para este punto debemos de estar conscientes de la<br />
importancia de la comunicación para cualquier intervención<br />
o proyecto de desarrollo. Y en pocos casos se avanza más,<br />
planteándola como un aspecto básico de las políticas públicas<br />
de desarrollo social, pensando de cierta manera que su<br />
función es la vinculación y entre actores de una sociedad<br />
(Alfaro, 2006, p. 20).<br />
Otra perspectiva de desarrollo en el que se involucra la<br />
comunicación es el de escala humana. En diversos informes<br />
de PNUD, la formulación del desarrollo humano ha logrado<br />
relacionarse con la cultura, tomando en cuenta sus aspectos<br />
subjetivos, tan importantes como los objetivos, entonces la<br />
cultura no es una característica antropológica sino un<br />
problema social. Los “como” se vive, se representa, se<br />
imagina, se convive, son claves para el camino al desarrollo<br />
y a veces constituyen obstáculos y grandes resistencias al<br />
cambio, las cuales podrían ser estudiadas desde el campo de<br />
la comunicación para identificar las mediaciones que<br />
interfieren en el proceso. De esa manera se da por existente<br />
que “un imaginario colectivo es un conjunto de<br />
representaciones ideales o simbólicas mediante las cuales se<br />
define el fundamento y sentido de la convivencia motor y<br />
REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. <strong>32</strong> NÚM. <strong>68</strong> 5