V 32 N 68 Final

GLOBALIZACIÓN Y ACTIVIDAD ARTESANAL DE PIEDRA EN DZITYÁ, YUCATÁN. UNA REFLEXIÓN DESDE LA ECONOMÍA SOLIDARIA.
lo necesitan como parte de sus prometidas ventajas (Stiglitz,
2002).
Alrededor del capitalismo, existen varias posturas, por
ejemplo: Ayn Rand (1966), lo consideraba como el único
sistema económico que podría ayudar a que el ser humano se
desarrollara de forma racional y libre estableciendo para ello
la vida y la propiedad, como derechos fundamentales e
imprescindibles. Sin embargo; basta con mirar que el medio
ambiente ha sido destruido, los procesos políticos
corrompidos (Stiglitz, 2002) y que aún a pesar de los
indiscutibles avances tecnológicos, ni siquiera el hambre ha
sido erradicada del planeta (Acosta, 2014); para aventurarnos
a cuestionar la dirección hacia la cual el actual sistema
económico dominante está orientando nuestro mundo.
En contraste, en los últimos años han surgido propuestas
alternativas de aquellos que consideran necesario y urgente
definir, formular e impulsar “otra economía”, como una
opción diferente y nueva que busque reivindicar el dominio
del mundo por el capital y que esté en consonancia con el
lema propuesto por el Foro Social Mundial (FSM): Otro
Mundo es posible (Colin, 2009).
La Economía Social y Solidaria (ECOSOL), surge en México
en el año 2002, como una de estas propuestas que busca la
transformación radical de las bases en las que se sustenta el
capitalismo. Se trata de un modelo “social”, pues en vez de
destruir el tejido social y promover la confrontación, la lucha
de clases y la competencia entre los actores sociales, busca
que sus participantes, tanto productores como consumidores,
se asocien para satisfacerse unos a otros, no para maximizar
la ganancia como en el capitalismo y, además, busca ser
“solidaria” con la naturaleza, la cultura y la humanidad
(Hascoéet, 2000) (citado en Collin, 2009).
La Ecosol opera con una lógica distinta; no tiene como objeto
la producción orientada al lucro, ni parte de la premisa de la
existencia de bienes escasos y la consecuente lucha por su
apropiación, que justifica y hace necesaria la competencia,
en cambio, se orienta a recuperar los sistemas productivos
tradicionales (Colin, 2009) y es un movimiento que busca ser
la respuesta a los problemas que vivimos en la actualidad
tanto de pobreza como medio ambientales e incluso los
problemas sociales generados por aquello que Freud (1986)
llamaba “el malestar de la cultura” definido por la
insatisfacción y la falta de sentido en una sociedad en donde
es más importante “tener” que ser”.
En este sentido el presente artículo muestra el impacto de la
globalización en la actividad artesanal en piedra de la
comunidad de Dzityá, Yucatán y cómo la economía solidaria
podría representar una respuesta para algunas de las
problemáticas que hoy en día enfrentan.
Globalización y actividad artesanal de piedra en Dzityá,
Yucatán
La situación económica actual de capitalismo globalizado ha
afectado a las diferentes actividades productivas y la
actividad artesanal no ha quedado ajena a ello. México es un
país pluricultural y con gran diversidad biológica; en todo el
territorio se extiende una infinita galería de productos
artesanales representativos de cada región (Cornejo, et al.
2009).
Como sabemos, los artesanos mexicanos son herederos de
una tradición milenaria que se remonta en nuestro país al
menos 4,000 años atrás. Este aprendizaje milenario les
permite realizar bellas piezas que expresan el sentir y sus
creencias ideológicas tradicionales (Cornejo, et al. 2009). Sin
embargo; esto se ha visto modificado por la dinámica de los
mercados, que los ha obligado a pasar de la fabricación de
objetos utilitarios y decorativos, a la fabricación de nuevos
productos, a un ritmo acelerado buscando satisfacer la
demanda de nuevos sectores (Etienne-Nugue, 2009) e
incrementando la explotación de los recursos naturales que
usan para elaborarlos.
Tal es el caso de los artesanos que trabajan la piedra en la
comisaría de Dzityá, Mérida, Yucatán, una población
artesanal, con gran renombre tanto a nivel local como
nacional e internacional, ubicada a 15 km de la ciudad capital
donde se pueden adquirir productos principalmente de piedra
y de madera e incluso observar la elaboración de los mismos
(Dirección de Turismo del Ayuntamiento de Mérida, 2016).
Cabe mencionar que, en Yucatán, las artesanías representan
una actividad de desarrollo interesante porque elaboran
artículos individualizados donde se deposita buena parte del
acervo cultural tradicional proveniente de la cultura maya, y
porque su crecimiento genera empleos, que no sólo sigue
siendo uno de los retos del desarrollo, si no es que el principal
(Rasmussen, 2009).
Los artesanos de piedra de Dzityá iniciaron con talleres
pequeños y por el año 1993 se comenzó a industrializar el
trabajo en piedra; el auge se dio cuando surgieron las plantas
industrializadoras: Mayacusa, Mármoles Ortega, Recamex,
Mayatún y Coquina Maya (Diario de Yucatán, 1993). Con la
llegada de la industria, algunos artesanos se convirtieron en
asalariados debido a que no tenían la capacidad económica
para sobrevivir los periodos de disminución de la demanda
(Diario de Yucatán, 1993); otros artesanos permanecieron
trabajando en sus pequeños talleres y al cabo de un tiempo,
se vieron beneficiados pues cuando la demanda de la gran
industria sobrepasaba su capacidad instalada, se veían en la
necesidad de mandar maquilar algunos trabajos con los
pequeños talleres de Dzityá (Magaña, 2016) 1 .
1
Entrevista con Magaña, Javier. Arquitecto que trabaja desde hace 40 años
con los artesanos de piedra. Dzityá, Mérida, diciembre 2016.
24 REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. 32 NÚM. 68