V 32 N 68 Final

GLOBALIZACIÓN Y ACTIVIDAD ARTESANAL DE PIEDRA EN DZITYÁ, YUCATÁN. UNA REFLEXIÓN DESDE LA ECONOMÍA SOLIDARIA.
convocatorias que el gobierno ofrece en apoyo a la
actividad artesanal para mejorar las condiciones en las
que trabajan o incluso hacer frente a problemas comunes,
como las protestas de los “nuevos vecinos” que llegan a
Dzityá, construyen sus casas y se muestran afectados por
el polvo y ruido que los talleres de piedra generan.
Como podemos ver, las problemáticas descritas, responden a
un estado de separación de los sujetos de la comunidad con
la naturaleza a la cuál miran como objeto de explotación,
además de una indiscutible falta de solidaridad entre ellos
como sociedad, (Lander, 2000) (citado en Marañón, 2014), y
una inminente pérdida del patrimonio cultural. Una situación
opuesta a las premisas que la ECOSOL marca: solidaridad
humana, solidaridad con la naturaleza y solidaridad con la
cultura.
Lamentablemente el artesano tiene que insertarse en estos
sectores, como el de la construcción y subirse a la ola de
industrialización debido a que, por medio de la elaboración y
venta de artesanías, no se generan ingresos sostenibles. De
acuerdo con la SEDESOL (2009), dentro de las causas de
pobreza de los artesanos en México, es la generación de
proyectos no rentables, es decir, aquellos que no generan
ganancias suficientes para cubrir sus costos de producción.
Como muestra de lo anterior, se tiene que en Dzityá, el
margen de utilidad promedio para el 62% de los talleres está
entre el 1 y el 15 por ciento, y los 5 talleres que aun generan
artesanías, se encuentran dentro de este grupo. Lo anterior
responde a que la mayor parte de los artesanos venden a
precios muy bajos su trabajo, además de que, para ellos,
determinar el tiempo y costo de los materiales utilizados en
la elaboración de las artesanías no es una práctica común por
lo que les es difícil establecer claramente un valor económico
al trabajo. (Dirección General de Análisis y Prospectiva
(2009). En Dzityá el 14% de los talleres desconoce su costo
de producción (Avilés, 2015).
Como complemento, el 38% de los talleres generan una
utilidad entre el 16 y el 30 por ciento, ubicándose dentro de
este grupo, los talleres grandes y medianos y aquellos que
trabajan dedicados al sector de la construcción, tienen
participación en mercados internacionales, generan una
cantidad importante de empleos y que están en posibilidades
de reinvertir para mejorar sus procesos productivos (Avilés,
2015).
CONCLUSIÓN
Una propuesta para la actividad artesanal en piedra desde la
Economía social y solidaria
Ciertamente la ECOSOL, es una propuesta que puede
considerarse lejana y difícil de alcanzar, sin embargo; nos
dibuja aquello hacia donde deberíamos encaminarnos, es una
propuesta ante la crisis de nuestros tiempos que como Neef
(1993) refiere, es también una “crisis de la utopía” en la cual
la sociedad va perdiendo su capacidad de soñar y se mantiene
en un insomnio que le impide tener la lucidez necesaria para
enfrentar con vigor e imaginación sus problemas. La
ECOSOL es un modo de vivir, un modo o un estilo de pensar,
más amigable, un modo de vida digna y sostenible (Colin,
2009) que finalmente es una opción personal y al usar de
palanca la asociación, puede ir penetrando a niveles locales,
después a niveles regionales y poco a poco constituir el
cambio civilizatorio que necesita nuestro mundo.
La ECOSOL podría ser una respuesta a la problemática de
los artesanos de piedra de Dzityá, para lograr heredar a las
futuras generaciones una actividad productiva
económicamente sólida, en armonía con el medio ambiente y
con la sociedad en general; un trabajo que represente para
ellos un medio de realización personal que los reconozca
como seres creativos que impregnan su esencia en cada pieza
elaborada.
Al existir un grupo de productores basados en la
reciprocidad, valor de la ECOSOL, que genera y regenera el
tejido social (Colin, 2009), ayudaría a que fueran un grupo
unido, fuerte, que dialoga, que establece un consenso en los
precios y toma fuerza para impulsar de forma significativa el
desarrollo de la localidad; lo cual contribuiría a preservar la
actividad artesanal pues es sabido que mientras los
portadores de esta herencia cultural siguen viviendo en
condiciones de pobreza, abandonarán el oficio para insertarse
en sectores productivos diversos.
Las artesanías son referente de nuestro país a nivel
internacional, y en el contexto nacional, las artesanías son
símbolo de la identidad mexicana (FONART, 2014), por ello
es indispensable explorar y evaluar posibilidades que
permitan hacer más rentable esta actividad sin despojarla de
su bagaje cultural, porque en ello radica gran parte de su
razón de ser, además de buscar fomentar la revaloración del
trabajo artesanal entre la población en general para que esto
se traduzca en mayores ingresos para los artesanos, lo cual
redunde en la preservación de la actividad y todo el valor
cultural que la misma posee (Dirección General de Análisis
y Prospectiva, 2009).
Finalmente, como dice Collin (2009), recordar que existe una
vida más allá del capitalismo, que persiste en múltiples
comunidades, en forma marginal en barrios y asociaciones,
donde la solidaridad y la reciprocidad se mantienen por
encima de la competencia; en las empresas sociales y
solidarias; en los miles de personas, organizaciones,
asociaciones que año con año se reúnen en el Foro Social
Mundial, para repetir una y otra vez, ¡Otro mundo es posible!
En nosotros está el alimentar esa esperanza, hacer que se
multiplique, que crezcan en tamaño, en fortaleza, pero sobre
todo que se fortalezcan los principios, la nueva ética y que
redunde en una nueva cultura, y en una nueva civilización.
26 REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. 32 NÚM. 68