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EL-COSMOS-DE-BORGES

García Márquez habría hecho un comentario sobre la obra de Borges: Era “uno de los autores que más leía y que menos le gustaba”; añadía que, “a pesar de haber enseñado a generaciones el arte de pulir la palabra” lo consideraba vacío y escritor de evasiones. La afirmación convocó mi curiosidad. Acudí a las “Obras Completas” para revisarlas sobre la base del repaso que había efectuado, una vez más, de la Historia de la Filosofía, sólo así tendría una prueba que me permitiría establecer si Borges, uno de mis escritores favoritos, escribía para los agujeros negros. Para llevar a cabo esta verificación probé su consistencia usando como indicador los principios del Materialismo Dialéctico. Era una época ávida de revisiones, en la que aún me consideraba el depositario del destino del proletariado y con él, de la humanidad Cuando evoco la decisión de someter a Borges a una prueba de consistencia a través de la Dialéctica, me sorprende su fuerza intuitiva. Allí identifiqué al gran picapedrero de la filosofía y escribí estos ensayos en una primera edición, la que no fue muy conocida; espero que ahora sea leída con la emoción con que ha sido escrita.

García Márquez habría hecho un comentario sobre la obra de Borges: Era “uno de los autores que más leía y que menos le gustaba”; añadía que, “a pesar de haber enseñado a generaciones el arte de pulir la palabra” lo consideraba vacío y escritor de evasiones. La afirmación convocó mi curiosidad. Acudí a las “Obras Completas” para revisarlas sobre la base del repaso que había efectuado, una vez más, de la Historia de la Filosofía, sólo así tendría una prueba que me permitiría establecer si Borges, uno de mis escritores favoritos, escribía para los agujeros negros. Para llevar a cabo esta verificación probé su consistencia usando como indicador los principios del Materialismo Dialéctico. Era una época ávida de revisiones, en la que aún me consideraba el depositario del destino del proletariado y con él, de la humanidad
Cuando evoco la decisión de someter a Borges a una prueba de consistencia a través de la Dialéctica, me sorprende su fuerza intuitiva. Allí identifiqué al gran picapedrero de la filosofía y escribí estos ensayos en una primera edición, la que no fue muy conocida; espero que ahora sea leída con la emoción con que ha sido escrita.

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Pero hay matices materialistas puesto que el destino (la Necesidad)<br />

es más fuerte que los dioses, por lo que éstos deben supeditarse a él<br />

La Filosofía de los Unipanisad en la antigua India y el confucianismo<br />

en China coinciden en una visión fatalista ingenua del mundo<br />

Identifican como causa de todo a dos cosas divinas: Brahama y la Voluntad<br />

Celestial<br />

Este fatalismo divino aparecerá en todo momento en la historia del<br />

hombre con nombres más o menos sofisticados<br />

Con teorías más o menos rimbombantes<br />

Fatalismo Materialista Primitivo<br />

En la India, los Svabhava, los Sankiya, los Charvaka y los Vaisesika,<br />

dicen que en el mundo hay relaciones de causación necesarias<br />

Que no hay seres divinos, que no hay lugar para el azar<br />

La concepción de que el mundo debe ser explicado por la propia naturaleza<br />

es un rasgo materialista<br />

La negación del azar vuelve fatalista la teoría<br />

En la China, el Taoísmo dice que el Tao es el principio de todo; así el<br />

hombre seguirá a la Tierra, ésta al cielo, el cielo a Tao<br />

El Tao a la necesidad (naturaleza)<br />

Wong Chung, uno de los maestros del taoísmo original diría que todo<br />

nace necesariamente de una partícula primaria llamada qi<br />

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