Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
zado para infligir el miedo. Autoridad y razón, esa es la verdadera historia
de horror.
Yendo por otro camino, muy genéricamente, ¿por qué tememos,
en general, más a lo desconocido que a lo conocido? Pienso mismamente
en relatos fantásticos que tanto nos pueden llegar a acojonar,
aunque sean eventos que nunca sucederían, en principio.
Adoro el género de terror, porque, como ha quedado dicho más arriba,
el miedo o las emociones intensas son síntomas de un afuera de la
razón. Como todo el mundo sabe, las pelis y las historias de terror nos
provocan un verdadero goce. Y el goce, el auténtico goce, es siempre
anterior/exterior a nosotros mismos. El goce, el miedo, la esquizofrenia
natural de las cosas… ya estaban ahí antes de nosotros en tanto que seres
juiciosos y serios. Creo que simplemente nos hace felices ese reencuentro:
el cobrar conciencia de que en verdad no había ningún sujeto
gobernando el barco. Como decía Clement Rosset, uno no se estrella
contra las rocas por torpeza o por haberse extraviado realmente; uno se
estrella porque gobernar era aburrido (y un subterfugio, al fin y al
cabo).
¿Cuán importante es la educación, el aprendizaje, la culturización
de la sociedad, para temer menos?
Muritos de piedra contra un océano de horror cósmico.
¿A menor miedo mayor libertad? ¿Qué te sugiere esto?
Lo primero sería solicitarte una definición de libertad (jajaja). La libertad,
para mí, es algo muy distinto de autogobernar. La libertad, en
tanto que relacionabilidad, tiene unos perímetros muy específicos y
concretos, siempre relacionados con otros sujetos y otras entidades (no
somos átomos flotando en el vacío, ¿de acuerdo?). Entonces esa relación
de reciprocidad con el afuera, con el otro, con los otros, etc., de
Excodra XLIII 146 El miedo