You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El mineral del alma
Jesús Carnerero Carballo
Un carraspeo. El sofoco por moverse al trote en lugar de andando.
Impaciencia por contar la aventura más reciente que ha disfrutado. La
mezcla de todo tamizada con el filtro de la inocencia. O ninguna de
esas tres opciones sino una diferente con la capacidad de congelar la
respiración apenas aflora.
Hace sólo mes y medio que regresaron al colegio. No, no es posible.
No puede ser nada.
En una época no demasiado lejana y, sin embargo, difuminada en el
horizonte, con buena salud y calidad de vida, acceso universal a servicios
médicos profesionales y avances científicos que con loable dedicación
habían erradicado lo que antes en un descuido mataba, toser llevaba
décadas sin ser causa de sobresalto. En cambio, el sosiego llevaba
tiempo reducido a una capa que se quebraba con tan sólo incrustarle la
uña. El espacio que quedó libre fue ocupado de manera gradual por
otra sustancia que, surgida de lo más hondo de cada uno de los seres,
maduró y se esparció hasta conquistar el alma entera; uno de los escasos
minerales que, en lugar de debilitarse, se hace más sólido a medida
que se divide en forma de ramificaciones.
Retén el aire, mantén la compostura, medita tanto como los instantes
te permitan.
El mes anterior su marido tuvo que lidiar con el último susto. Ella
trabajando fuera y él haciéndolo desde casa tres días por semana, si finalmente
se cumplían las previsiones sanitarias que en teoría estaban
sobre la mesa del Gobierno era muy probable que su empresa pronto
decretase ir a la oficina cada dos semanas para no correr riesgos absurdos
ni volver a pasar por lo mismo partiendo desde menos diez y no de
cero, los chicos cubrieron cada minuto de una de aquellas tardes con
un surtido de actividades. Al igual que la pereza engendra pereza, el
exceso de actividad puede derivar en la generación de monstruitos infa
El miedo 37 Excodra XLIII