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Excodra XLIII: El miedo

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ble, frágil. No actúa exclusivamente evitando ser dañado, sino que observa

y previene no dañar a otros, no dañar el medioambiente del que

forma parte. Ahí la intuición, las percepciones, posibilitan evitar algunos

errores, así como aprender de los que se cometen, para no repetirlos.

El miedo es un radar que cuida un ecosistema, en el que convivo

junto a una gran variedad de seres.

Durante años hemos vivido sin mirar y palpar más que la superficie

de la realidad. O su representación edulcorada. Un exceso de realidad

en una mente egocéntrica produce un cortocircuito, un desorden grande,

y un miedo ante lo que realmente es. Un miedo que ve amenazas,

que paraliza, que le proyecta una sensación de absurdo sobre lo que

desconocía y ahora le abruma. Ese miedo llevará a rechazar la realidad

intensificada o a tratar de reforzar la coraza desde la que esa persona

se siente única y no responsable de lo dañado. Quizás tranquilice su

conciencia dar limosna, pero sin perder privilegios, que es lo que en

verdad le aterra. Para la mente conectada, empática, sensible, cordial,

una apertura a la realidad le produce también una conmoción, pero al

no ser ella el centro, sino una parte más del conjunto, la vulnerabilidad,

el daño, lo escondido vergonzante se convierte en apremio, en oportunidad,

en “simpatía” que dinamiza su quizás relajada existencia. Lo activa.

Sabe que la reacción ante un problema global es sumarse a la reparación,

ser parte de lo reparado, reparando así los contornos de su

existencia, y por ende, del ecosistema en el que vive. Hay que tener en

cuenta que el miedo pierde su fuerza destructiva cuando la persona

vive desde la pasión por el aprendizaje y se desliga de la pasión criminal

por poseer, desapareciendo la exigencia, el deseo de resultados a

toda costa.

IV

El miedo es, pues, una herramienta. En manos de una persona aislada,

un arma, un escudo.

Pero en manos de una persona consciente de la unidad a la que pertenecen

tanto las otras personas, como ella misma, el miedo es una ha­

El miedo 23 Excodra XLIII

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