Karen Páez_ El plato vacío
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
es necesario que disponga de un marco referencial que le permita
entenderlo; los cuentos de hadas son solo un referente imaginario
de aspectos positivos y negativos de la realidad, los cuales el niño irá
aclarando y comprendiendo a medida que desarrolla su intelecto. La
pregunta mencionada, no debe llevar al padre a responderle desde lo
literal de la existencia de todos los personajes y mundos fantásticos del
cuento, sino a lo que le preocupa al niño en ese momento. No hay que
asegurarle al niño que existen las brujas, es solo dejar que su confianza
y esperanza en la historia se mantenga.
Los niños no creen en magia solo por los cuentos de hadas, todos los
niños creen en magia porque es algo intrínseco de su imaginación
e infancia, los cuentos solo logran desarrollar y fortalecer la
curiosidad del niño y así su imaginación. La magia para un niño
es esperanza, por lo que no hay que privarlos de las fantasías de los
cuentos de hadas, ya que estas fantasías le permiten no ser presos de
sus angustias sino entenderlas y enfrentarlas. Para un niño siempre
será más fácil enfrentar al bosque encantado lleno de seres mágicos,
que el sentirse perdido en una ciudad llena de desconocidos, mientras
un escenario le brinda la esperanza de vivir aventuras, empoderándolo
de su valentía, el otro lo desconcierta y le causa angustia solo con
pensarlo. Freud un día afirmó:
“La imaginación es la exploración de posibilidades sin los
peligros inherentes de la experimentación real" (Freud citado
por Bethein, 1977)
Los pensamientos de un niño no funcionan de un modo tan ordenado
como los del adulto, ya que sus fantasías son al mismo tiempo, sus
pensamientos, por esto es que los niños cuando intentan comprenderse
a sí mismos y a los demás o explicar las consecuencias de una acción,
siempre lo hacen con fantasías, pues es su forma de jugar con las ideas
y darle un sentido más claro para si mismos. Por lo anterior, cuando
un adulto insiste en explicarle la “realidad” de las cosas al pequeño
lector, pero de una forma que es comprensiva solo para el adulto, el
niño experimentará una sensación de que se le están invalidando sus
cuestionamientos, ideas y pensamientos, por lo que generalmente se
sentirá frustrado y pensara que es absurdo explicarle sus “fantasías”
(pensamientos) al adulto, causando que se aísle. Los cuentos de hadas
no llevan a un niño a vivir en un mundo mágico y a ser ajeno a la
realidad, le permiten es aclarar desde la fantasías todo lo que le es
incomprensible de la realidad y de sí mismo.
N u d o 65