Karen Páez_ El plato vacío
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"Un barril sin fondo era el
lobo, porque ni cerditos,
caperucitas rojas y
abuelas lo saciaron."
Es un libro de narrativa muy sencilla, pero que nos permite ver al lobo
de Caperucita Roja desde una perspectiva cómica e inocente, donde
deja de ser tan temible. Este personaje renovado del lobo retrata a un
animal más bien vulnerable que se deja dominar por sus ganas inasibles
de comer, haciendo de esta historia un buen punto de partida para
ejemplificar cómo se continúa ampliando la narrativa de los cuentos
de hadas, pero enfocadas en el villano de la historia y resignificando
su rol tradicional. Además, cabe resaltar que el cuento logra hacer
de la experiencia de lectura muy entretenida, pues cada vez que vas a
descubrir que tiene el lobo en su barriga debes levantar unas solapas,
representando de una forma creativa la contraposición de lo que dice
el lobo y la realidad de sus actos, los cuales le causan tanta vergüenza que
lo llevan a mentirle al doctor.
"Todas las princesas de
este cuento, estuvieron
en la olla."
¿Cómo cocinar princesas?
Ana Martínez Castillo, nos habla de las recetas favoritas de una bruja
llamada Curuja, quién está dispuesta a revelar todos sus secretos
culinarios para hacer las mejores recetas con princesas. La bruja
Curuja se vuelve la protagonista de este recetario, para enseñarle a las
villanas de los cuentos de hadas y a sus lectores los mejores patillos.
Empieza explicando cómo atrapar a las princesas, ya sea con manzanas
envenenadas que “son el elemento estrella de toda cocinera" o con sapos
encantados que “es uno de los trucos más antiguos” o hasta con agujas
malditas pues “como todos sabemos a las princesas, les encanta coser.”.
Luego, es necesario encerrarlas en una jaula, “De tamaño considerable
y se aconseja encerrarla con doce candados y doce vueltas de llave
porque las princesas son escurridizas y tratarán de huir en muchas
ocasiones.”. Además, a algunas princesas como Blancanieves “Habrá
que alimentarlas con galletas de jengibre durante varios días para que
engorden ”. Curuja no sólo se enfoca en las princesas, pues no hay
que olvidar a los niños perdidos del bosque, porque “Si hay algo que
enloquece el paladar de una bruja, es el delicado sabor de los hermanos
perdidos.”
En el cuento, Curuja también detalla el proceso para conservar y guisar,
por ejemplo a la Bella Durmiente “antes de cocinarla, habrá que quitarle
las lagañas una a una, las cuales se recomienda guardar en almíbar para
hacer hechizos en la noche de Wlpurgis. Tras quitarle las lagañas, ya
estamos listos para cocinar a la princesa junto a tres o cuatro huevos
de dragón”. El libro cuenta con recetas diferentes como el Bizcocho de
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H a b í a una vez un plat o va c í o