Karen Páez_ El plato vacío
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como la madrasta y hermanastras de Cenicienta, el hada malvada de La
Bella Durmiente, de la reina malvada de Blancanieves y la bruja de La
Sirenita y la lista sigue.
Además, las princesas se muestran como niñas o mujeres, muy
bondadosas e ingenuas, que necesitan ser protegidas por un príncipe
porque siempre terminan siendo envenenadas o capturadas. Como
Blancanieves que tenía sus 7 enanitos para que la protegieran de la
malvada madrastra, que al final la envenena con una manzana. Sin
embargo, cuando Blancanieves, es acogida en la casa de los enanos, ella
decide en gesto de gratitud hacer las labores del hogar: “Blancanieves
tuvo la casa en orden y la comida lista desde muy temprano, antes
de que los enanos partieran hacia las montañas …” (Los hermanos
Grimm, 1812), lo cual nos muestra una princesa muy agradecida y
servicial que debe agradecerle a la figura masculina, los enanitos,
por ser los proveedores y protectores del hogar con las labores
domésticas; algo que en la sociedad actual se ha buscado dejar en el
olvido porque lleva a conductas machistas, acerca de cómo la mujer
siempre debe estar dispuesta a servir al hombre y su familia.
Imagen 54: Blancanieves (1937)
En el artículo ¿Seguimos viviendo en los tiempos de los cuentos de
hadas?, del CERLALC, que es el Centro Regional para el Fomento
del Libro en América Latina y el Caribe, nos habla de cómo muchas
veces el personaje de la bruja, se sale de lo que la sociedad definió en
algún momento como femenino, ya que se le atribuyen características
que no responden a lo que es considera “el buen papel de una mujer”,
empezando por su apariencia, pues las describen como mujeres de
apariencia desagradable y ancianas, además con cualidades como
envidiosas, vengativas y mentirosas, fortaleciendo la idea de que si una
mujer no encaja en el concepto tradicional de lo femenino, representa
la “maldad”. Sin embargo, pueden ser vistas como mujeres fuertes,
independientes y poderosas, que no necesitan del príncipe azul para
alcanzar sus objetivos.
Imagen 55: Cenicienta (1950)
Esta perspectiva de ver las fortalezas del villano, ha llevado a la
exploración de los personajes marginales de los cuentos de hadas,
otorgándoles la oportunidad de contar su versión de la historia para
revindicar su rol. Los lectores tienen la posibilidad de explorar otros
puntos de vistas, pues así como la princesa es importante, la bruja
del cuento también, ya que es el paralelo de ambas personalidades lo
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