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That Kind of Guy

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este me parecía bien, así que volví a Vancouver, empaqueté mis cosas y regresé a

Queen's Cove.

Trabajé duro en el restaurante. Había puesto todo mi empeño en este

trabajo, incluso cuando sólo era camarero. Había algo en este restaurante que me

hacía sentir como en casa. Tal vez fuera porque los padres de Keiko lo abrieron

cuando se mudaron a Canadá cuando ella era una niña. Este lugar tenía historia.

Quizá porque el restaurante de mis padres fracasó estrepitosamente y éste era el

restaurante de éxito del que siempre había querido formar parte. Quizá porque

me encantaba el ambiente, hacer felices a los clientes y contribuir a nuestra

comunidad.

Los padres de Keiko abrieron el restaurante en los años setenta. Ella me

había dicho que lo habían volcado todo en este lugar. Ella creció aquí, igual que yo

crecí en un restaurante, con la diferencia de que la historia de sus padres fue un

éxito. Murieron unos años antes de que yo me mudara a la ciudad, y nunca llegué

a conocerlos, pero los lugareños que los conocían me contaban historias de que

seguían trabajando en el restaurante, recibiendo a los clientes, haciendo cuadrar

la caja y barriendo el suelo incluso a los noventa años. El Arbutus era el resultado

de dos generaciones de duro trabajo. Lo habían puesto todo en este lugar.

Un día sería mío. Llevaba años ahorrando cada dólar que me sobraba para

poder comprar este sitio. Al crecer, siempre supe que tendría un restaurante. Me

enamoré del ajetreo del personal, las risas y los deliciosos olores de la comida. La

gente venía a un restaurante a celebrar, a ponerse al día con viejos amigos y a

enamorarse, y yo pude verlo todo. El restaurante de mis padres se hundió, al igual

que su matrimonio, pero el Arbutus era mi oportunidad. No había forma de que lo

arruinara como ellos lo hicieron.

Cuando Keiko estuviera lista para vender, compraría este restaurante. No

quería ser sólo la gerente, quería ser la dueña. Quería algo que fuera todo mío,

algo en lo que pudiera tomar las decisiones finales, algo de lo que pudiera ser

totalmente responsable. Quería continuar el legado de su familia y construir el

mío propio. Algo tangible que dijera que Avery Adams estaba aquí en esta tierra.

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