25.08.2023 Views

That Kind of Guy

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ojos―. Vamos a enterrarlos absolutamente con nuestras chispeantes

personalidades.

―Esto es morboso. Siempre llevas esta analogía demasiado lejos.

―¿Una vez que vean lo apasionados que somos? ―Me llevé el puño al pecho

en señal de fingida agonía―. Los sacarán por la puerta en bolsas para cadáveres.

Me señaló.

―Sí, ahí está. Muy bien, eres la jefa. Gracias por encargarte.

―Cuando quieras. Te cubro las espaldas. ―Caminé hacia el restaurante,

viendo la casa llena.

Eran poco más de las ocho de la noche y todas las mesas estaban llenas. El

restaurante daba al puerto de Queen's Cove. En una noche despejada, la puesta de

sol bañaba el cielo de brillantes rosas, naranjas y amarillos, pero esta noche las

nubes se cernían sobre el lugar y la lluvia empezaba a caer. Había hecho sol todo el

día, pero, de vez en cuando, llegaban estas tormentas de verano. Me mordí el labio

y eché un vistazo al concurrido restaurante. Con suerte, esta noche sólo llovería

un poco y no habría viento.

―Hola, soy Avery Adams, el gerente del Arbutus ―me presenté a la familia

de cuatro miembros, que parecía descontenta. Los dos chicos estaban

enfurruñados e inquietos, uno intentaba tirar del pelo a los otros y tenían la

expresión de niños a los que acaban de regañar―. Déjenme que les quite estos

platos de en medio. ―Le pasé los platos a un camarero que pasaba antes de colocar

las páginas para colorear y los lápices de colores en la mesa delante de los chicos.

Inmediatamente dejaron de pelearse entre ellos y se volvieron hacia las páginas.

Los padres rondaban la treintena y, tal como había sospechado, parecían

agotados e irritados. Ambos tenían la mandíbula desencajada, como si esperaran

una pelea.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!