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That Kind of Guy

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Una risita brotó de ella y le di una mirada curiosa.

Ella sonrió más ampliamente.

—¿Recuerdas cuando pensabas que era gay porque no me gustabas? —Ella se

rió de nuevo y sus ojos brillaron.

Resoplé.

—También pensé que serías obediente.

—La broma era sobre ti. —Se comió otro trozo de nigiri de salmón.

—Seguro que lo era.

Entré en este acuerdo pensando que sería tan simple. Nos tomaríamos

algunas fotos para las redes sociales, firmaría en la línea punteada de su préstamo

y nos separaríamos. Fácil. Directo. Sin emociones.

Tragué. Esto que estaba haciendo con Avery era fácil, pero era cualquier cosa

menos directo o sin emociones. No podía imaginar no pasar tiempo con ella

después de esto. No podía imaginarla mudándose de mi casa o de mi vida, en la

que encajaba tan perfectamente. Quería pasar por The Arbutus todos los días para

charlar con ella durante el almuerzo hasta que tuviera cien años.

No lo entiendes, había bromeado Will una vez cuando me burlé de él por no

querer hacer un viaje conmigo. No eres el tipo de familia.

Mi pecho se apretó, e hice a un lado los pensamientos confusos, volviendo mi

atención al presente. La caja con nigiri estaba casi vacía.

—Puedo ver por qué te gusta dirigir un restaurante, si todos comen como tú

—le dije a Avery mientras comía otro trozo.

Entrecerró los ojos y masticó.

—¿Eso es un cumplido? No puedo decirlo.

—Por supuesto que es un cumplido. Disfrutas de la comida. Apuesto a que es

gratificante ver a la gente irse feliz a casa después de comer en The Arbutus.

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