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That Kind of Guy

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¿Diez por ciento más? La miré boquiabierta.

—Avery. —Su tono era severo y me clavó la mirada—. No estoy interesada en

que Chuck sea dueño de The Arbutus, y se lo dije. Mi decisión es definitiva.

Me crucé de brazos y me apoyé en la barra. Odiaba que Chuck la pusiera en

esta posición, que rechazara más dinero por mi culpa. Y, sin embargo, haría

cualquier cosa por comprar este lugar. Descrucé los brazos y giré mi anillo

alrededor de mi dedo.

—Keiko, no sé qué decir. Lamento que esto haya sucedido.

—Está bien. —Ella me dio una pequeña sonrisa y tomó un sorbo de vino—.

Chuck no se interpondrá en el camino de tu sueño. El martes, es todo tuyo.

Tomé una respiración profunda en mis pulmones y asentí. El martes no

podía llegar lo suficientemente pronto. Un movimiento en falso y Chuck estaba

esperando entre bastidores, listo para recoger este lugar.

La puerta principal se abrió y Emmett entró al restaurante con un ramo de

flores. Mi corazón se elevó. Todas las emociones que había estado sintiendo hoy se

rompieron, dejándome exhausta y aliviada de verlo.

Algo en mi expresión hizo que Keiko se volviera.

—Ah —dijo cuando vio a Emmett—. Avery, ve a saludar apropiadamente a tu

prometido. Voy a disfrutar de unos momentos a solas.

Asentí.

—Suena bien. Disfruta. —Rodeé la barra y me acerqué a él. Su mirada se

quedó en mí todo el tiempo—. Hola.

—Hola cariño. —Dejó un beso en mi mejilla. Su piel estaba caliente contra la

mía y la sentí hasta los dedos de mis pies.

Hice un gesto a las flores.

—¿Estas son para mí? —Rosas, un rojo sangre profundo, malhumorado y

romántico. Mi corazón latía con fuerza y no podía ocultar mi sonrisa de deleite.

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