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That Kind of Guy

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Aparté el teléfono de mi oreja y vi algunas llamadas telefónicas y mensajes de

texto perdidos. Realmente no me importaba lo que pensara la mayoría de la gente,

pero había unos pocos en la ciudad a los que no me gustaba mentirles, incluidos

Hannah, Keiko, Max y Elizabeth. Hice una mueca. No pensé en Elizabeth cuando

hicimos este trato, solo pensé en mí. Pero ahora, tendría que mentirle a Elizabeth

acerca de salir con su hijo, y en realidad me gustaba y la respetaba. Me mordí el

labio y miré los árboles fuera de la ventana de mi habitación, pensando.

―En realidad no tendríamos que casarnos, simplemente podríamos

comprometernos ―estaba diciendo Emmett―. A la gente le encantan las bodas.

Esto crearía mucho alboroto. Viste cómo reaccionó Miri y solo éramos nosotros

saliendo. Imagina que si nos comprometiéramos, ella perdería la cabeza.

Casados. Blegh. Mi estómago se revolvió. Mi reacción inicial ante la mención

de Miri de una boda anoche fue precisa: no tenía ningún deseo de casarme,

especialmente después de lo que vi pasar a mis padres. Lo que me hicieron pasar.

Me había abierto camino desde abajo. Nunca me permitiría regalar la mitad,

especialmente cuando las cosas inevitablemente iban mal. Nunca permitiría que

alguien hiciera lo que mi padre le hizo a mi madre.

―Emmett, ya dijiste que estaba funcionando, ¿por qué necesitamos

comprometernos?

―No tengo esto en la bolsa todavía. Isaac todavía está por delante.

―No lo haré.

Le colgué y mi cabeza se dejó caer sobre la almohada. Mi teléfono comenzó a

vibrar un segundo después.

―No ―respondí.

―Ventanas de doble panel.

―¿Qué?

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