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That Kind of Guy

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Su sonrisa era tímida.

—Gracias por traerme aquí.

—En cualquier momento. Me gusta correr aquí por las mañanas.

Ella negó con la cabeza y me lanzó una mirada burlona.

—Madrugador.

—Deberías probarlo. Es agradable despertarse antes que los demás. El agua

está tranquila, solo estás tú y los pájaros y las olas. Es muy sereno.

Empezó a abrir las cajas de comida para llevar con nuestro sushi.

—Eso es lo que me gusta de estar despierta hasta tarde, después de que todos

se han ido a la cama. Se siente como si fuera la única persona despierta en todo el

pueblo, cuando está en silencio y todas las luces están apagadas. A veces me quedo

en el restaurante mucho después de que todos se hayan ido a casa solo para

terminar el trabajo. Es pacífico. —Ella me sonrió suavemente y sentí una punzada

en el pecho.

Nos sentamos allí, comimos, hablamos, reímos y escuchamos cómo las olas

golpeaban la orilla y el sol comenzaba a ponerse. Disfruté viéndola comer. Algo

acerca de conseguirle comida y que ella la disfrutara me dio satisfacción. Tal vez

fue un instinto masculino, la necesidad de alimentar y mantener a mi mujer.

Casi resoplé para mis adentros. Mi mujer? Sonaba como un hombre de las

cavernas.

La miré de nuevo.

Mía.

La idea de que alguien más pusiera sus manos sobre Avery, incluso

sonriéndole como ese maldito tipo Carter, enviaba una ira caliente a través de mis

venas y me enfurecía.

Avery era mía. No había duda sobre eso. Simplemente no sabía qué hacer con

eso. Yo estaba completamente fuera de mi profundidad aquí.

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