25.08.2023 Views

That Kind of Guy

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Estamos a mano, por ahora.

—Me las quedo, ya sabes —prometí con desafío.

—¿Ah, de verdad? —Su mirada se demoró en mi rostro, y lo sentí de nuevo,

ese zumbido en mi columna. Respiré para tranquilizarme, pero no hizo nada para

ralentizar mi pulso acelerado—. Las compré yo mismo. ¿Te las vas a poner?

No respondí. La conversación se había deslizado en territorio peligroso,

rápido. Se suponía que todo esto era falso, pero esta sensación eléctrica y

excitante no se sentía fingida.

—¿Qué fue eso, antes? —preguntó en voz baja, todavía mirándome. Sus ojos

se estaban oscureciendo.

—¿Qué quieres decir? —Estaba sin aliento. Mi pecho estaba apretado, como

si estuviera en la parte superior de una montaña rusa a punto de caer.

—Ese beso. ¿Por qué me besaste así? —Bajó la mirada a mi boca y luego

volvió a subir a mis ojos.

Di una pequeña risa de incredulidad.

—Tú eres el que me besó .

Su mirada cayó de nuevo a mi boca y se demoró allí. Se giró para apoyar su

costado contra el mostrador, mirándome de frente. Aparté la mirada, pero él se

estiró y me inclinó la barbilla hacia él. No podía respirar, mi cuerpo se sentía tan

tenso y tenso. Cuando sus dedos hicieron contacto con mi mandíbula, lo sentí

justo entre mis piernas.

—Fue diferente —dijo.

Todo lo que pude hacer fue asentir.

—¿Quieres hacerlo de nuevo? —preguntó en voz baja—. Para practicar.

Antes de que pudiera terminar de asentir, sus manos llegaron a mis caderas y

jadeé cuando me subió al mostrador, frente a él. Empujó mis rodillas para

separarlas y mis ojos se abrieron como platos ante la expresión de su rostro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!