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Anales galdosianos [Publicaciones periódicas]. Año XII, 1977
paréceme que vivo suspendida en el aire, que mis pies no tocan la tierra, que huelo la eternidad y
respiro el airecillo que sopla más allá del Sol ». (p. 1579)
With Horacio's absence, the process of spiritualization, and the presence of the Ghostly Lover, grow
more evident. In her first letter written to Horacio at Villajoyosa, Tristana has already begun to doubt
Horacio's real nature: « ¿Es verdad que me quieres tanto y que en tanto me estimas? Pues a mí me da
por dudar que sea verdad tanta belleza. Dime: ¿existes tú, o no eres más que un fantasma vano, obra
de fiebre, de esta ilusión de lo hermoso y de lo grande que me trastorna? » (p. 1579) In the course of
time, the image of the real Horacio begins to fade: « Lo más raro de cuanto me pasa es que se me ha
borrado tu imagen: no veo tu lindo rostro; lo veo así como envuelto en una niebla, y no puedo precisar
las facciones, ni hacerme cargo de la expresión de la mirada. ¡Qué rabia!... A veces me parece que
la neblina se despeja..., abro mucho los ojitos de la imaginación y me digo: 'Ahora, ahora le voy a
ver.' Pero resulta que veo menos, que te oscureces más, que te borras completamente, y abur mi señor
Juan. Te me vuelves espíritu puro un ser intangible, un... no sé cómo decirlo. » (p. 1584) Tristana's
imagination struggles against the force of reality: « Yo te engrandezco con mi imaginación cuanto
quieres achicarte, y te vuelvo bonito cuando te empeñas en ponerte feo... No te opongas a mi deseo, no
desvanezcas mi ilusión; te quiero grande hombre y me saldré con la mía. Lo siento y lo veo... no puede
ser de otra manera ». (p. 1591) and finally succeeds in replacing the real Horacio with the ideal being.
The triumph of the Ghostly Lover is complete. In her last letters to Horacio, Tristana abandons
completely the special lover's vocabulary she had previously shared with him. The narrator comments:
« Todo ello se borró de su memoria, como se fue desvaneciendo la persona misma de Horacio,
sustituida por un ser ideal, obra temeraria de su pensamiento, ser en quienes se cifraban todas las
bellezas visibles e invisibles... El Horacio nuevo e intangible parecíase un poco al verdadero, pero
nada más que un poco. De aquel bonito fantasma iba haciendo Tristana la verdad elemental de su
existencia, pero sólo vivía para él, sin caer en la cuenta de que tributaba culto a un Dios de su propia
cosecha. » (p. 1592) As the narrator points out, it is only out of force of habit that the letters were still
being sent to Horacio at Villajoyosa. They were in fact meant for someone else, the Ghostly Lover
within: « En realidad debían expedirse por la estafeta del ensueño hacia la estación de los espacios
imaginarios ». (p. 1592)
Ultimately, the Ghostly Lover becomes the Divine Lover. In a letter written to Horacio after her
operation, Tristana exclaims: « Yo te veo más lejos aun que antes te veía, más hermoso, más
inspirado, más generoso y bueno. ¿Podré llegar hasta ti con la patita de palo, que creo me pondrán?...
Te adoro lejos, te ensalzo ausente. Eres mi Dios, y como Dios, invisible. Tu propia grandeza te aparta
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