No. 2 - Its Gran Canaria Magazine
Rutas, recomendaciones y noticias de Gran Canaria Routes, tips and news about Gran Canaria
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Nº 2 NATURE & CLIMATE I NATURALEZA & CLIMA
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El bienestar de los cetáceos en Canarias
Las Islas Canarias cuentan con una
importante riqueza natural. Y las
aguas que las bañan son el mejor
ejemplo: en ellas se pueden encontrar
al menos 28 especies de ballenas
y delfines, algunas son residentes y
otras están de paso. Pocos lugares en
el mundo pueden presumir de este
regalo de la naturaleza. En Europa,
desde luego, no hay otro con tanta
diversidad. De hecho, y debido a sus
hábitos oceánicos, muchos de estos
cetáceos son poco conocidos. Así,
por ejemplo, el archipiélago canario
es el único lugar de España donde se
pueden observar regularmente especies
como el calderón tropical, el
delfín moteado atlántico o el rorcual
tropical.
La situación geográfica y las características
oceanográficas de esta región
del Atlántico determinan la notable
diversidad de cetáceos, hasta
tal punto que en las Islas Canarias es
posible observar hasta nueve especies
en un solo día, algo que ocurre en
pocos lugares del mundo. Encontrar
ballenas, delfines, cachalotes y otros
cetáceos en esta pequeña superficie
del océano supone un atractivo turístico
de primer orden. ¿A quién no le
gusta verlos de cerca? Porque, definitivamente,
la magia que se produce
cuando la aleta de cualquiera de
estos magníficos animales asoma sobre
la superficie del agua es insuperable.
Pero también supone un reto:
¿cómo compaginar el interés que genera
su observación con el bienestar
de estos mamíferos marinos?
Especies protegidas
Estas especies están protegidas por
la normativa autonómica, nacional y
europea, así como por convenios ratificados
por el Estado español como
el de Bonn y Berna. De hecho, en las
Islas existen varias Zonas de Especial
Conservación (ZEC) de la Red Natura
2000. «Varias especies son oceánicas,
raras y poco conocidas globalmente.
Sin embargo, debido a su proximidad
a la costa, en las islas son fácilmente
accesibles, lo que convierte al archipiélago
en un laboratorio ideal para
la investigación y conservación de
este grupo de mamíferos marinos»,
recuerdan desde la Sociedad para el
Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago
Canario (SECAC).
Saturación de embarcaciones
Elsa Jiménez, directora de la Fundación
Cram, entidad privada sin ánimo
de lucro dedicada a la protección del
medio marino y de las especies que
lo habitan, comenta que «la saturación
de embarcaciones en lugares
donde habitan los cetáceos puede
afectar a su vida. Por ejemplo, su comunicación
puede verse perjudicada
porque utilizan el sonido, y el ruido de
los motores distorsiona sus “mensajes”».
También pueden padecer estrés
y, aunque parezca mentira, sufrir
colisiones con todo tipo de naves,
desde un ferry a un velero.
Distintivo «Barco azul»
Por eso es importante practicar un
turismo responsable. De ahí que se
haya extendido el distintivo «Barco
azul» entre las embarcaciones que
ofrecen avistamientos en las Islas Canarias.
Esta bandera, de color amarillo
con el logotipo «Barco azul» en el
interior, certifica que cumplen con
las leyes que garantizan a los cetáceos
una vida plena y feliz. Eso significa,
por ejemplo, que en las travesías
no permiten que los turistas los
alimenten o se bañen con ellos. Los
animales son lo primero. Hay muchas
más pautas que siguen estas naves:
mantienen una distancia mínima
de seguridad de 60 metros, realizan
acercamientos lentos y pausados,
no están más de media hora con los
animales, piden a los turistas que estén
quietos y callados cuando están
cerca de los cetáceos, abandonan la
zona si ven que los molestan o hay
concentración de barcos; además,
evitan cambios de dirección repentinos
y repetidos, el uso excesivo del
motor, las maniobras y los cambios
de marchas y de velocidad cuando
están cerca.
El bienestar de los cetáceos
«Más que prohibir se trata de ir con
cuidado, de regular, porque también
es muy importante acercarse a ellos
al ser una actividad turística que tiene
mucho de concienciación, de sensibilización,
y resulta muy educativa
en este sentido». Y en ese «término
medio» que recomienda, sitúa a los
científicos. Su papel como asesores
es clave, ya que con sus conocimientos
se diseña mejor el plan que permite
proteger el bienestar de los cetáceos
y mostrar a los turistas cómo
viven. «Ellos conocen dónde están las
poblaciones más o menos estables,
cuándo son las épocas migratorias,
cuáles son las zonas por las que pasan
cuando van de un sitio a otro, sus
rutinas y comportamientos…».
Respetar el entorno en el que viven
«En definitiva —concluye Jiménez—,
se trata de respetar el entorno en
el que viven». Y eso pasa por seguir
las pautas como las que se marcan
los portadores del sello «Barco azul»,
pero también por detalles tan simples
y aparentemente obvios para los
turistas como no usar el océano como
papelera. Porque, al fin y al cabo, el
turismo respetuoso con el medio ambiente
empieza por uno mismo.