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Informe_comision_web

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Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla<br />

tanque. Lo único que podía percibir era el sonido de los disparos. Era<br />

como una caneca llena de totes. Sabíamos que el vehículo nos protegía<br />

de los disparos, pero sabíamos que el M-19 contaba con minas, fusiles,<br />

rockets, ametralladoras y la vida de los rehenes. 59<br />

77. Los tanques “ocuparon la primera planta, respondieron el fuego con<br />

la ametralladora y con el cañón lanzando granadas. Protegidos por ese equipo<br />

de artillería penetraron varias escuadras de uniformados. La desesperación<br />

al interior fue grande, especialmente por supuesto entre los guerrilleros que<br />

lanzaron amenazas a través del teléfono y las emisoras radiales”. 60<br />

78. De acuerdo con la descripción que realizó el coronel Plazas, el<br />

control de los dos primeros pisos correspondió a la Escuela de Caballería; el<br />

sótano era responsabilidad del Batallón Guardia Presidencial; para hacerse<br />

cargo del tercer y cuarto pisos llegó la escuela de Artillería, al mando del<br />

teniente Coronel Hernández y “el mayor Fracica, quien fue el más activo”. 61<br />

79. El entonces mayor Carlos Alberto Fracica Naranjo, de la Escuela<br />

de Artillería, ingresó protegido con el primer tanque hacia la biblioteca<br />

con un grupo de 15 “voluntarios”, que estuvieron con él todo el tiempo.<br />

Afirmó no saber si entre ellos había civiles o si estaba Jorge Arturo Sarria,<br />

el llamado “Rambo criollo”, de quien dijo no haber oído antes.<br />

80. Según manifestó el coronel Plazas Vega, en ese momento había<br />

personal del DAS, de la Sijin, voluntarios c omo Defensa Civil y Cruz<br />

Roja y no descartó que hubiera “intrusos”. Y agregó que “al lado de los<br />

tanques ingresaron policías y soldados; en cuanto al desorden, así es la guerra,<br />

cada cual se bate como puede; lo del Palacio fue una batalla y no hay<br />

ninguna batalla donde no desaparezcan personas”.<br />

81. Según relataron testigos presenciales a la Comisión de la Verdad,<br />

con el ingreso de los tanques la situación se recrudeció: dentro del Palacio<br />

de Justicia los tanques disparaban continuamente contra los pisos 3º y 4°,<br />

que no estaban en poder del Ejército; los helicópteros empezaron a sobrevolar<br />

por el costado norte y había una “lluvia de balas” que penetraba en<br />

las oficinas; caían las cortinas y las lámparas, los vidrios se reventaban, se<br />

vivía una situación de terror. Se podía distinguir cuando los tanques iban<br />

a disparar, pues había un ruido característico que lo indicaba; sentían que<br />

id=45.<br />

59 http://yocreoenplazas.com/index.php?option=com_content&task=view&id=64&Item<br />

60 Jimeno, óp. cit., p. 119.<br />

61 Declaración ante la Comisión de la Verdad.<br />

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