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El Dios de los Procesos
que nuestra justicia comparada con la de Dios, viene siendo como
trapo de inmundicia, pero no nosotros (Is.64:6). Y mucho menos soy
basura, pues Él hizo de mi su príncipe y sacerdote (1 Pedro 2:9).
Judá representa madurez, cuando enfrentamos la situación con
alta estima, con pensamientos positivos, no buscando culpables,
no buscando atención, solo dando gracias a Dios por todo y
encontraremos la manera de salir airosos de cada situación. Alabar
a Dios no significa ignorar que estamos pasando por situaciones
difíciles, no es ser masoquista, ni ser un positivo-fanático, significa
que reconocemos que estemos donde estemos, pasemos por donde
pasemos, el Señor va a cambiar nuestra situación cuando llegue el
momento adecuado.
En el caso de Lea la situación era difícil, es duro ser ignorado por tu
esposo, es difícil tener rivalidad con tu familia, es penoso sentirse feo y
no amado, pero no se resuelve nada quejándose y buscando atención
en otros, no iba a arreglar su situación poniendo su esperanza en
hombres, pues quedó comprobado que salvó toda su descendencia
justo cuando aprendió a alabar a Dios en el proceso.
112│Aprendí a alabar en el Proceso