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El Dios de los Procesos
abundancia o si hay alguna otra razón, pero me gusta esa parte.
¡Comió! O sea, ¡disfruto su vida! Se reintegro a la sociedad. Si el pecado
le apartó de los que ama, deje que el amor le acerque de nuevo.
No pretenda seguir castigando a los suyos haciéndose la víctima, no
comiendo, no riendo, no gozando, no congregándose o siendo un
antisocial. Si ya atravesó su proceso, es hora que se gradúe y enseñe
lo que aprendió: “Existe un Dios en los cielos que perdona a quien se
humilla y que restaura y devuelve todo lo que perdemos.” ¿Se acordó
del hijo prodigo? Yo también.
Hoy se habla de David como el adultero, ¿verdad? No. Se habla
de David como el asesino, ¿es así? No. Cuando se habla de David
se le recuerda como el cantor, el salmista, el excelente rey, que tuvo
errores pero también éxito. El padre de Salomón y bueno, por qué
no, hasta se le menciona como el padre de nuestro Señor Jesucristo,
porque compartían cierto linaje sanguíneo. Eso es ser Restaurado, no
importando que error hayamos cometido, si estamos dispuestos a
asumirlo, humillarnos, y levantarnos, Dios hará que cuando se hable
de nosotros, las personas tengan que sacar una sonrisa y recordar lo
mejor de nuestra historia. Ese es el Dios al que le sirvo, el Dios que
restaura.
164│El Proceso de la Restauración