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Riqui Gell
lo largo de las páginas de este libro, hablé de diferentes procesos:
A la tentación, las pruebas, la soledad, una ruptura sentimental, etc.
Tal vez usted me dirá: “Mi proceso no se habló aquí, no me dijo nada
al respecto”. Es posible que sea así, pues es difícil hablar de todos los
procesos por los cuales pasamos, pero en este capítulo quiero dar
algunas sugerencias acompañadas de anécdotas que pueden servir
para cualquier tipo de proceso. Sea cuál sea su prueba le dejaré siete
principios que pueden ser útiles para todas, le recomiendo que preste
mucha atención a lo que sigue, pues seguro le ayudará sea cual sea
su proceso.
Identifique el origen de su
proceso
No todos los procesos tienen el mismo origen, muchos son creados
por el hombre, otros vienen de Dios. Debemos detectar el origen de
nuestro proceso, si fue producto de un error propio, de otra persona
o si acaso viene por un plan de Dios, donde nadie en particular tiene
la responsabilidad. Como dije anteriormente, hay pruebas que vienen
del cielo para enseñarnos alguna lección, pero hay otras que nos
ganamos nosotros mismos. Dios no mantuvo a Israel en el desierto
por cuarenta años, sino que Israel mantuvo a Dios en el desierto
por ese tiempo. El Señor quería salir de allí, pero ellos cometían los
mismos errores. Si no aprendemos de nuestras fallas y no detectamos
el origen de los inconvenientes, no podremos superarlos. Si nos
damos cuenta que por lo que estamos pasando no tiene una lógica u
origen humano, entonces puede ser que el Señor esté detrás de todo
eso, para enseñarnos algo.
Sea Cual Sea su Proceso│173