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El Dios de los Procesos
rutina y desconectarse de lo que nos rodea, irse de fin de semana, de
viaje, apagar el celular o la computadora por dos días (¿imposible?
Sí, se puede ¡Vamos!), etc. Desconectarse es necesario para empezar
de nuevo. Hay matrimonios que de estar pasando tantas dificultades
y ver el divorcio como una opción, uno de ellos decide apartarse un
fin de semana o algunos días a meditar, muchas veces ese tiempo
de relajación y comunión le sirve para pensar mejor y no tomar
decisiones con la cabeza caliente. No hablo de huir ni darle la espalda
al problema, simplemente tomarse un respiro. El tanto ruido en que
nos rodeamos, no nos deja procesar bien lo que haremos, por lo tanto:
¡Desconéctese!
Por último, acompáñese
Desde el génesis, Dios nos brinda un mensaje: “No es bueno que
el hombre esté solo”, todos los animales estaban en parejas y Adán
estaba solo, por lo tanto Dios le creó su compañera. Vemos que
grandes hombres de Dios siempre se acompañaban de alguien: Elías
con Eliseo, Moisés y Josué, Pablo y Silas, Juan y Pedro y hasta nuestro
Señor Jesucristo escogió doce hombres especiales, dentro de los
cuales tenía tres que eran su círculo más intimo. La idea es que el ser
humano está programado para estar a-c-o-m-p-a-ña-d-o, sea de una
pareja, de un amigo, un familiar, un compañero, etc. Cuando estamos
atravesando por un proceso no podemos estar solos, es decir, no
debemos tirarnos la carga a nuestro hombro y decir: “iré con mi carga
solo”, no. Debemos buscar ayuda, pedir consejería, hablar con alguien
sabio. Si algo bueno tengo, son mis amigos. Conservo amistades de
más de 10 años. En mis momentos más felices, comparto con ellos, en
mis momentos más tristes ellos comparten conmigo. De eso se trata
esto. Muchos me han salvado la vida espiritual por una reprensión a
tiempo. En su proceso, no esté solo.
178│Sea Cual Sea su Proceso