Anuario Espírita 2007 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!
Anuario Espírita 2007 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!
Anuario Espírita 2007 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Se convirtió en una gran empresa y todo me estaba saliendo bien. En seguida,<br />
nos da a conocer lo que le sucedió en 1990, cuando pasó por un sufrimiento<br />
muy grande al envolverse en una actividad de orden política, que le condujo a<br />
un juicio, habiendo sido declarado inocente por la Corte Suprema por haber<br />
sido su caso apenas un punto de vista político y no criminal. De ahí en adelante,<br />
relata, una vez más, detalles del asalto que sufrió en Sofía, en Bulgaria, y los<br />
tratamientos a los que se sometió, especialmente en la Universidad de Miami,<br />
en Florida, permaneciendo “cerca de ocho meses ligado a una computadora y<br />
con electrodos en mi brazo – y eso por catorce, quince, dieciséis horas al día,<br />
a veces con los electrodos, a veces sin ellos. Fue una completa reprogramación<br />
de mi cerebro, únicamente para poder tocar piano. Porque en ese proceso yo<br />
tuve que elegir y eso significaba desistir de las cosas más simples con las<br />
manos. Por ejemplo, yo no puedo tomar un tenedor en la mano, pero puedo<br />
tocar piano con fuerza total. Debo mucho a Brucker (Dr. Bernard S.). Después<br />
del concierto en el Carnegie Hall, en que toqué música de Ravel y Ginastera,<br />
el Dr. Brucker dijo, en una fiesta, que sentía que de alguna forma él estaba<br />
haciendo su debut como pianista aquella noche. Fue una gran noche para<br />
nosotros dos. Recibiendo elogios del New York Times y recibiendo apoyo de la<br />
mujer, del hermano, de los hijos y amigos de varias partes del mundo,<br />
aconsejándoles elegir como metas en la vida: Contribuir para algo que sea<br />
bueno. Permanecer con mi arte. Ser una buena persona. Y musicalmente<br />
hablando, continuar con la misión de tocar a Bach para él mismo, un Bach<br />
pleno de aspectos románticos, y también un Bach pleno de aspectos matemáticos,<br />
pero distante de la destreza académica, por juzgar que su ídolo había venido al<br />
mundo para humanizar, y se sentía feliz por tocarlo y grabarlo.<br />
En las pp. 84-88, el nombre de Busoni regresa, nuevamente a escena,<br />
refiriéndose a Landowska, considerada por Martins la figura seminal en la<br />
resurrección de Bach al clave, descendiendo de la tradición romántica:<br />
Dubal Ella [Landowska] percibió que su destino era tocar el clave, y<br />
cuando, bien al inicio de su carrera, ella tocó piano para Busoni, él le dijo a<br />
ella que sus manos no eran buenas para el piano. Landowska escribiría más<br />
tarde: ‘¿Cómo podía saber él en aquel tiempo que mi instrumento era el clave?’<br />
(…) Ciertamente Busoni se alinea en el primer escalón dentro de la historia<br />
de la interpretación de Bach.<br />
Martins Él es, definitivamente, uno de los mayores capítulos en la<br />
historia de la interpretación de Bach. Él es la gran figura de transición de<br />
finales del siglo XIX, época marcada por el gusto por las transcripciones,<br />
pasando para el anhelo del siglo XX de tocar a Bach en su estilo original. Mi<br />
profesor contaba que siempre veía a Busoni después de su práctica diaria.<br />
Él hacía una larga caminata alrededor de las 18:00 horas. Cruzaba las manos<br />
ANUARIO ESPÍRITA 213