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viene generalmente de este funesto error y de
«na imperdonable negligencia. No puedo, pues,
menos de insistir en recomendar á los jóvenes
que quieren dedicarse al estudio del arte melo-
dramático, que tengan mucho cuidado en los
primeros pasos de su carrera , y que refrenen
el deseo natural que tienen todos de querer an-
ticipar el estudio progresivo para procurarse el
placer de ejercitar su voz con piezas de canto,
que si sirven de mayor solaz, es á expensas del
progreso del arte á que se dedican. Lo mismo
sucede en todas las demás artes ; pues no es
raro ver que muchos que estudian el dibujo,
abandonen de pronto el estudio de los princi-
pios para ejercitarse en complicadas composi-
ciones.
El progreso no se adquiere sino gradualmente.
Los artistas melodramáticos no se pueden im-
provisar, y se necesitan muchos años de un estu-
dio constante y concienzudo para pretender el
título de artista completo. No aspire, pues, el
discípulo á hacer mas de lo que debe : este será
e\ medio mas seguro para ocupar en su dia el
puesto que le esté reservado entre los elegidos
del arle.