PERE VIRGILI - Fundació Uriach 1838

mecanicistas, convertido -simplificado- en máquina? ¿El de los iatroquímicos. o el de
los galenislas, recorrido por fluidos invisibles, materia de digestiones y
fermentaciones cuya última consistencia resulta inalcanzable? La respuesta a est,as
preguntas ha de ser negativa. El cuerpo humano cuya imagen inaugura la mirada
clínica venía construyéndose al menos desde mediados del siglo XVIII, por obra.
entre otros, de hombres comoVirgili. Se trata de un cuerpo cuyo interior es
investigado per analamen. esto es. mediante la disección, como explicita el título de
la célebre obra de Giovanni Batista Morgagni (1761) -De sedibiis et causis
morborum pcr anatomen indagalis (1682-1771)-. Un cuerpo cuyos secretos -o al
menos una buena parte de ellos- se han vuelto visibles por obra de la cirugía.
tomado el término en su sentido más propiamente etimológico. No ha escapado a los
más finos estudiosos de la escuela anatomoclínica la gran influencia que sobre su
pensamiento tuvo el magisterio de los grandes cirujanos a quienes se encomendó la
reforma de la enseñanza de la Medicina en la Francia salida de la Revolución.
Incluso se ha hablado. y con acierto a mi entender, de una "quirurgización" de la
Patología. Pero también debe señalarse. con la misma propiedad, que la Cirugía se
había vuelto más médica, si así puede decirse, a lo largo del mismo período. El
escenario privilegiado que se abre a una nueva mirada, que comienaa a entrenarse a
partir de la obra de Morgagni -el escenario interior del cuerpo humano muerto. del
cadáver- se vuelve practicable en esta época por obra de otro escenario: el hospital.
y dentro de 61 cl lugar donde se realizan las autopsias. a menudo un simple sótano.
Pero en el hospital tiene lugar también una representación diiercnte, que así mismo
es reclamada por Laennec como fuente de conocimiento médico. de la que es
protagonista el cuerpo vivo: la que tiene lugar todos los días en las nacientes "salas
de clínica".
Iniciada ya en el Renacimiento en la universidad de Padua. a partir de la inicialiva
personal de Giambattisla da Monte (1498-1551). la enseñanza clínica -es decir. a la
cebecera del enfermo- había conseguido mantenerse en puntos muy concretos de la
geografía europea a lo largo del sigloXVII. El punto de irradiación fundamental de
esta docencia, en lo que respecta al siglo XVIII. lo constitiiye la universidad de
Leyden, en Holanda. especialmente bajo el magisterio del ya citado Hermann
Boerhaave. En esta época, todavía el caso clínico está al servicio de la teoría
médica. El cuerpo enfermo se limita a manifest,ar lo que la teoría previamente ha
eslablecido. Pero a veces el cuerpo se rebela, permanece mudo, y sólo habla cuando
es ya cadáver, cuando su locuacidad de nada sirve al paciente, aunque tal vez pueda