De buena pluma.pdf - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
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Entre ambos, una clase media desconfiada, reservada, silenciosa,<br />
empobrecida.<br />
Resultaban mucho más animados los paseos que comencé a dar<br />
por los campos anexos al Instituto. En Eagle Pass cada tarde de clase<br />
era una fiesta. En nuestro Instituto la rutina nos ponía soñolientos y<br />
escapábamos en grupos, nos dispersábamos por los llanos; nos escondíamos<br />
entre el maíz ya crecido cuando el prefecto desde la torre <strong>del</strong><br />
observatorio meteorológico nos echaba encima el catalejo para anotar<br />
en seguida nuestras tarjetas. La pradera toluqueña está surcada de<br />
“acequias”, zanjones de agua clara y fría que se cubre verde o dorada<br />
que engaña al neófito. Si el paso resbala o el salto resulta corto, es<br />
fácil hundirse hasta el pecho en una agua que pica como alfileres. Pero<br />
siguiendo los pasos, es grato mirar alfalfares donde pasta el ganado<br />
lechero, milpas que ondulan musicales o feos magueyes que, en filas<br />
paralelas, trepan sobre las laderas. Comíamos la caña de maíz tierno<br />
o nos íbamos rumbo <strong>del</strong> cementerio a los puestos de fruta, en busca<br />
de jícamas y quesos de tuna, condumios de cacahuate y tamales de<br />
capulín, naranjas y plátanos.<br />
Durante estos paseos trabé amistad con un discípulo, Palacios.<br />
Imaginábamos alianzas eternas. Ocurre la separación, pasan los años,<br />
vuelve a producirse un encuentro y se advierte tal discrepancia que<br />
no se sabría decir la parte en que ha cambiado el amigo y lo que uno<br />
mismo ha dejado de ser lo que fue.<br />
<strong>De</strong> cualquier sitio despejado se goza en Toluca el panorama <strong>del</strong><br />
extinto “Nevado”. Verdes pinos tipo oyamel, visten la serranía circundante<br />
y suben por el cono quebrado hasta el límite de las arenas. En<br />
seguida, sobre los riscos se posan nieves perpetuas. Por un costado<br />
aparece la desgarradura <strong>del</strong> cráter extinto. En todo el valle, un soplo<br />
frío justifica el ademán <strong>del</strong> indio, embozado en su frazada… Rostros<br />
inexpresivos bajo el sombrero de alas anchas; silencio y cautela; población<br />
que no ríe. Sólo en la sátira a media voz subraya el más leve desliz<br />
<strong>del</strong> prójimo, con sorna despiadada.<br />
Atmósfera encarecida que amortigua el impulso y refrena el pensar,<br />
se diría que también en lo espiritual y biológico determina, desde el<br />
de bu e na plu m a