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De buena pluma.pdf - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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El alba sorprende al caminante que va a Chalma y a Malinalco,<br />

por el antiguo camino prehispánico, en las cercanías de San Juan Atzingo.<br />

Atzingo está asentado al pie de las altas montañas de Cempoala en la<br />

región ocuilteca. Quizá en la antigüedad el observador aborigen llamó<br />

en náhuatl al ahora Parque Nacional de Cempoala Atcempohualli, que<br />

significaría veinte aguas, queriendo expresar que en esta región había<br />

veinte pequeñas lagunas, veinte cráteres, restos de extinguidos volcanes.<br />

Se denomina actualmente Cempoala a la más alta montaña <strong>del</strong><br />

parque nacional. El parque reúne dentro de sus límites altas y majestuosas<br />

montañas, hondonadas, escarpados peñones, hermosos<br />

montes de oyameles y pinos gigantes y tal abundancia de pequeños<br />

que hacen impenetrables algunos lugares. Hay también zacatonales<br />

de alta montaña y abundantes colores.<br />

En primavera destaca, entre el verde tenue, el verde vivo que<br />

contrasta con el café oscuro y el gris de los troncos de los pinos.<br />

En invierno se ven variados colores, predominando el dorado de<br />

los zacatonales.<br />

Toda la belleza de la montaña, con cielo azul carente de nubes o<br />

con ellas, engalana y sirve de marco a veinte espejos: veinte pequeñas<br />

lagunas de floridas riberas, en época de lluvias.<br />

La laguna mayor de Cempoala, de aguas transparentes, deja ver<br />

infinidad de plantas acuáticas y rocas que emergen de sus aguas.<br />

Los senderos corren entre verdes prados, junto al pintoresco<br />

arroyo, y las veredas se tornan sutiles perdiéndose entre la abundante<br />

vegetación y maleza.<br />

Los nativos temen la tempestad, y el rayo deja su huella en las<br />

alturas; pues los árboles presentan una hendidura sin corteza desde<br />

la punta hasta la parte más gruesa.<br />

p á gi na s e sco gida s de l e s ta do de méx ico<br />

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