DIÓGENES LAERCIO – 1792 – Sobre las vidas, opiniones y

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la voz mudó nunca de tono ; con lo qual se usurpó
para sí á Crantor 4 . Habiéndole mordido la
rodilla un perro rabioso, no tomó el menor sobresalto.
Movidose un tumulto en la ciudad, y
preguntándole lo que era, permaneció inmoble.
En los teatros nada se conmovía: y leyendole una
vez á el y á Crates unos versos el Poeta Nicostrato
apellidado Clitemnestra, Crates se movio á conmiseración
5 pero Polemón estuvo como si no lo
oyera. En suma, fue tal qual lo describe el Pin*
tor Melantio en sus libros De la Pintura. Dice:
"que conviene refrenar la arrogancia y dureza en
wlas operaciones igualmente que en las costum^
i»brcs j pues decia Polemón, que conviene exerci-
ntarsc en las obras, y no en especulaciones dialécticas,
momo los que meditan en clausulas armoniosas según
atarte , exagerando una ú otra preguntilla , y se con-
tradicen á si mismos en la verdadera disposición"
" 2 Era urbano e ingenioso , evitando lo que
de Eurípides dice Aristófanes:
Agudo y arrebolado , &c.
pues según c'l dice,
Nefanda obscenidad y abominable
Mas con la mayor carne se deleyta s .
Quando era preguntado acerca de alguna proposí-
4 cazó, cogio, ce- jante á laque leemos en E z e -
puse. qutel, cap. 33. v. ao.rcosapro-
ij *x:*.Tm»lt* 1S/T* Ví« sfU pía del obsceno Aristófanes cuyo
Kftcr /¿i*. Abominación «eme- es el referido verso.
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