dimensiones individuales y culturales
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108 .<br />
en cuenta la dimensión afectiva<br />
del aprendiente, sus percepciones,<br />
sentimientos, reacciones y<br />
comportamientos. Wenden llega<br />
a la conclusión de que la trilogía<br />
compuesta por los elementos sensibilización<br />
del aprendiente, cambio<br />
de actitudes y nuevo comportamiento<br />
es válida en estos otros<br />
programas, que tienen en cuenta<br />
no sólo la dimensión individual<br />
del aprendizaje, sino también su<br />
dimensión social. En definitiva, es<br />
un proceso similar al que los<br />
autores Sakui y Gaies explican de<br />
esta forma: «Adoption of an innovation<br />
within an educational system<br />
is a lengthy and complex process;<br />
individuals must first become<br />
aware of an innovation, then<br />
be given sufficient time and<br />
opportunity to understand, become<br />
comfortable with, and finally<br />
internalize the proposed change.»<br />
[Sakui y Gaies, 1999, 487].<br />
En resumen, tras esta revisión<br />
podemos considerar que el cambio<br />
en las creencias de los aprendientes<br />
no es fácil, puesto que<br />
éstas son relativamente estables y<br />
están bien arraigadas en el pensamiento<br />
de la persona, pero sí es<br />
posible, teniendo en consideración<br />
las siguientes premisas:<br />
– No hay cambio de creencias<br />
sin un entrenamiento específico<br />
con ese fin. Dicho entrenamiento<br />
ha de basarse en<br />
nuestro conocimiento del<br />
aprendiente como tal y ha<br />
de comenzar con su sensibi-<br />
CARMEN RAMOS MÉNDEZ<br />
lización sobre cómo aborda<br />
el proceso de aprendizaje de<br />
una LE. La reflexión de cada<br />
aprendiente sobre cómo<br />
aprende y por qué es fundamental.<br />
Solamente después<br />
estará en condiciones de<br />
cuestionarse su creencias,<br />
primer paso fundamental<br />
para que las modifique. En<br />
este entrenamiento es necesario<br />
ofrecerle al aprendiente<br />
información detallada,<br />
sólida y comprensible, que<br />
habrá de manejar y elaborar<br />
de forma activa para poder<br />
asimilarla y relacionarla con<br />
el conocimiento previo que<br />
ya tiene sobre el tema.<br />
– El profesor desempeña un<br />
papel fundamental en todo<br />
ese proceso, pues ha de iniciarlo<br />
y dirigirlo orientando<br />
al aprendiente, fomentando<br />
al mismo tiempo la propia<br />
responsabilidad de éste en<br />
su proceso de aprendizaje.<br />
– El aprendiente necesita tiempo<br />
y apoyo durante el proceso<br />
de cambio. Por una parte,<br />
ha de reflexionar de forma<br />
individual, pero por otra<br />
necesita el apoyo continuo<br />
del profesor. El marco ideal<br />
para este proceso es una<br />
atmósfera distendida y positiva.<br />
– En este entramado compuesto<br />
por el profesor, el aprendiente<br />
y el entrenamiento<br />
específico para el cambio de<br />
creencias, hay un factor fundamental<br />
para que no surjan