dimensiones individuales y culturales
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Capítulo 6. POSIBLES CONFLICTOS ENTRE EL PENSA-<br />
MIENTO DE ALUMNOS Y PROFESORES<br />
Considerando lo ya expuesto<br />
sobre creencias de profesores,<br />
creencias de alumnos y funcionamiento<br />
de las culturas de aprendizaje,<br />
no es de extrañar que, con<br />
«racionalidades» tan diversas en<br />
juego [Tudor, 1998], sea difícil<br />
que éstas siempre se encuentren<br />
en armonía. Por tanto, la posibilidad<br />
de que surjan conflictos entre<br />
el pensamiento y la percepción<br />
de profesores y alumnos ante lo<br />
que ocurre en el aula es muy<br />
plausible. En este tipo de conflictos<br />
nos centraremos en el presente<br />
apartado, sin desdeñar la posibilidad<br />
de otros que pueden surgir,<br />
por ejemplo entre el pensamiento<br />
del profesor y el enfoque<br />
metodológico que ha de poner en<br />
práctica, o entre ésta y el pensamiento<br />
del alumno. A este último<br />
conflicto dirigiremos nuestra<br />
atención en el próximo apartado.<br />
Holliday considera que el surgimiento<br />
de conflictos entre el<br />
pensamiento de los profesores y<br />
los alumnos es prácticamente inevitable,<br />
puesto que: «The students<br />
want one thing out of the classroom<br />
process, and the teacher<br />
something else.» [Holliday, 1994,<br />
143]. Holliday aplica al aula de<br />
LE los conceptos de «ritmo»<br />
(pace) y «flujo» (flow), refiriéndose<br />
con pace al ritmo de movi-<br />
miento, acciones y acontecimientos<br />
que afectan el significado y el<br />
curso de la comunicación y con<br />
flow a la interrelación entre las<br />
personas que participan de la<br />
interacción o que intentan establecerla.<br />
Cuando el ritmo del profesor<br />
es diferente al de los alumnos<br />
el flujo es bajo, lo cual propicia<br />
el conflicto. Por el contrario,<br />
cuando el ritmo del profesor se<br />
encuentra en armonía con el de<br />
los alumnos, el flujo es alto y se<br />
minimiza la posibilidad de conflicto.<br />
Como señala el mismo<br />
autor, es muy probable que el<br />
conflicto se acentúe si profesor y<br />
alumnos pertenecen a culturas<br />
diferentes [véase, por ejemplo,<br />
Cortazzi y Jin, 1996], puesto que<br />
el ritmo suele variar de unas a<br />
otras, pero no es éste el único<br />
problema, ya que, independientemente<br />
de su nacionalidad o procedencia,<br />
profesores y alumnos<br />
pertenecen a culturas de enseñanza<br />
y de aprendizaje)diferentes,<br />
como también apuntan autores<br />
como Holliday [1994] o Cambra<br />
Giné [2003].<br />
Compartimos la idea de David<br />
Nunan de que los aprendientes<br />
son participantes activos en su<br />
propio proceso de aprendizaje y<br />
de que, si bien existe un cierto<br />
estrato cultural que se superpone<br />
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