Elementos Nº 39 DEMOCRACIA I - El Manifiesto
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La crisis de la Democracia<br />
______________________________________<br />
Introducción<br />
Marcel Gauchet<br />
Las siguientes reflexiones son fruto de<br />
un ejercicio peligroso pero indispensable: el<br />
esclarecimiento de la coyuntura histórica en<br />
la que estamos inmersos, la orientación en la<br />
oscuridad del tiempo futuro en trance de<br />
estar gestándose. Tienen por objeto<br />
caracterizar la situación de crisis que<br />
actualmente sufren las democracias. A tal<br />
fin, pretenden poner en perspectiva esta<br />
situación actual tomando como punto de<br />
referencia una situación previa de crisis de<br />
la democracia, de tal forma que el<br />
paralelismo permita destacar los rasgos<br />
originales de nuestra situación sobre el<br />
fondo de las notas comunes a ambas crisis.<br />
No es este el lugar para examinar las<br />
dificultades que un planteamiento de esta<br />
naturaleza plantea, pues son patentes; me<br />
limitaré a insistir sobre su necesidad, una<br />
necesidad que a mi parecer no es<br />
suficientemente sentida. ¿Cómo avanzar sin<br />
saber dónde estamos? ¿Cómo actuar si no<br />
analizamos el movimiento que nos arrastra?<br />
Por grandes que sean los riesgos de una<br />
empresa de esta índole, no podemos por<br />
menos que acometerlos. Por lo demás,<br />
resulta igualmente cierto que habitualmente<br />
uno se entrega a ellos a pesar suyo, de<br />
manera subrepticia y vergonzosa, como si el<br />
hecho de abandonarnos a la queja, casi sin<br />
saberlo, nos previniese contra dichos<br />
peligros. Nosotros, por contra,<br />
acometeremos esta empresa conscientes<br />
plenamente tanto de sus límites como de la<br />
imposibilidad de superarlos.<br />
La ambición de la empresa no es sólo<br />
cívica, esto es, no sólo pretende alertar a los<br />
ciudadanos; también es de índole filosófica<br />
en tanto en cuanto postula que el análisis de<br />
esta situación abre paso a una comprensión<br />
más profunda de la democracia. Así sucedió<br />
62<br />
en el pasado con ocasión del análisis de los<br />
fenómenos totalitarios, síntomas principales<br />
de la primera gran crisis de las democracias.<br />
Dichos estudios dieron pie a una<br />
comprensión renovada, por contraste, del<br />
fenómeno democrático. Algo parejo sucede<br />
en la nueva circunstancia, esencialmente<br />
diferente de la precedente, y cuyo<br />
desenvolvimiento arrastra hoy en día a las<br />
democracias. Dicha circunstancia pone de<br />
manifiesto, a poco que sepamos descifrarla,<br />
dimensiones de la libertad de los modernos<br />
cuya relevancia habíamos captado hasta la<br />
fecha de manera muy imperfecta.<br />
Mi argumentación se organizará en<br />
torno a tres tesis:<br />
1. Nos encontramos ante una crisis de<br />
creencia en la democracia, una crisis de<br />
creencia que no es la primera en su género<br />
sino la segunda.<br />
2. Esta crisis presenta como nota<br />
específica el hecho de que se traduce en la<br />
autodestrucción de los fundamentos de la<br />
democracia.<br />
3. Esta crisis corresponde a una crisis de<br />
composición del régimen mixto en que<br />
fundamentalmente consiste la democracia<br />
liberal de los modernos.<br />
¿Qué crisis?<br />
¿A qué nos referimos cuando hablamos<br />
de una crisis de creencia en la democracia?<br />
La noción no es evidente de suyo, cosa<br />
de lo cual soy consciente. Puede parecer una<br />
imagen mediocre, una analogía vaga, en el<br />
mejor de los casos, fruto de la asociación del<br />
sentido vago de la tan manida palabra<br />
“crisis” con lo inadecuado del término<br />
“creencia”.<br />
Es cierto que la invocación permanente,<br />
desmesurada, del vocablo “crisis” ha<br />
embotado de manera considerable su<br />
alcance. ¿Qué no está en crisis? <strong>El</strong> uso del<br />
término crisis apenas es otra cosa que una<br />
manera perezosa de poner nombre a unos<br />
cambios cuyo sentido se nos escapa. Por<br />
añadidura, su aplicación a la democracia<br />
presenta una dificultad particular, puesto<br />
que la democracia es por definición el<br />
régimen en el que se suceden, sin solución<br />
de continuidad, el desacuerdo, la protesta y