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Elementos Nº 39 DEMOCRACIA I - El Manifiesto

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consideración y de una democracia<br />

imposible, en última instancia, en el sentido<br />

pleno del término. ¿Cómo esta comunidad<br />

política indómita a fuer de estar atraída en<br />

sentidos diferentes por solicitaciones<br />

incompatibles, suponiendo que tal<br />

comunidad política exista todavía, podría<br />

ser capaz de una opción de conjunto<br />

cualquiera? <strong>El</strong>lo nos conduce a la idea de<br />

una democracia mínima pero por otro<br />

camino: en este universo decididamente<br />

sustraído a nuestro control, la protección de<br />

las libertades del individuo privado es la<br />

única acepción que con plausibilidad puede<br />

conservar la idea democrática. <strong>El</strong><br />

escepticismo con relación al poder colectivo<br />

va a dar al dogmatismo por lo que se refiere<br />

a la legitimidad exclusiva de las<br />

prerrogativas personales.<br />

Hacia la recomposición<br />

<strong>El</strong> interés de la perspectiva que nos<br />

ocupa radica en hacer resaltar la<br />

inestabilidad fundamental de la<br />

configuración actual. <strong>El</strong>la pone en evidencia<br />

la amplitud de las contradicciones<br />

planteadas por aquello que sólo deber ser<br />

considerado como una tendencia<br />

dominante, una tendencia que no supone ni<br />

el todo de la realidad de nuestras<br />

sociedades, ni la única tendencia operativa<br />

en su seno. La hegemonía unilateral del<br />

elemento del derecho no constituye la<br />

última palabra de la historia. <strong>El</strong>la es un<br />

momento del recorrido de la sociedad<br />

autónoma, un momento de desequilibrio<br />

que apela al restablecimiento de un<br />

equilibrio entre los tres elementos que deben<br />

marchar de consuno a fin de que una<br />

democracia coherente funcione. Los<br />

términos del problema que se nos plantea,<br />

con las miras puestas en encontrar una<br />

salida a la presente crisis, son claros. Se<br />

reducen a la posibilidad de negociar un<br />

compromiso, con las limitaciones recíprocas<br />

que ello supone, entre la lógica del<br />

individuo de derecho, la dinámica socialhistórica<br />

y la forma política del Estadonación<br />

(forma a propósito de la cual<br />

podemos captar rápidamente su profunda<br />

metamorfosis en el medio europeo,<br />

metamorfosis que va del acontecimiento de<br />

una federación de Estados-nación a su<br />

desaparición).<br />

76<br />

Huelga que insistamos en los márgenes<br />

de maniobra conquistados por los<br />

individuos. De igual modo, la emancipación<br />

de las sociedades civiles (y de las sociedades<br />

económicas en su seno) es en gran parte<br />

irreversible. En fin de cuentas, no<br />

disponemos de otros fundamentos que no<br />

sean los derechos humanos. No se trata de<br />

criticar los derechos humanos, ni tampoco,<br />

por lo demás, el individualismo. Se trata de<br />

aclararlos. De lo que se trata es de mostrar a<br />

los individuos que su libertad no adquiere<br />

su sentido verdadero más que en el marco<br />

de un gobierno en común bien comprendido<br />

en sus bases y condiciones. <strong>El</strong>lo supone<br />

inscribirlo en un orden político asumido<br />

como tal, así como situar la maestría refleja<br />

de la historia en el centro de la deliberación<br />

pública.<br />

No es necesario buscar muy lejos el<br />

motor capaz de ocasionar semejante<br />

evolución. Él habita en las frustraciones<br />

intensas que la situación actual supone para<br />

los individuos que supuestamente son los<br />

grandes beneficiarios. A santo de qué verse<br />

entronizado actor soberano, si es para<br />

ignorar su propia identidad, tal como la<br />

historia la ha modelado, y ser de nuevo<br />

bamboleado por un futuro cuya dirección ya<br />

no se comprende y, de resultas de ello,<br />

tampoco los medios que permitan su<br />

reorientación. La impotencia colectiva es<br />

difícil de vivir, incluso para los más furiosos<br />

individualistas, sobre todo para ellos, tal<br />

vez, al final, cuando a ello se añade por<br />

añadidura la desposesión íntima. La<br />

paradoja de una libertad sin poder es<br />

insostenible en un último término. Sólo<br />

puede reconducir más temprano o más<br />

tarde a la idea de que únicamente el<br />

gobierno en común da su sentido completo a<br />

la independencia individual.<br />

A estos factores de movilización<br />

subjetiva que dependen de las<br />

contradicciones puramente internas del<br />

juego democrático actual hay que añadir,<br />

entendámoslo bien, los desafíos objetivos a<br />

los que se enfrentan nuestras sociedades y<br />

que se encargarán de dar un contenido<br />

urgente a la exigencia de dominio colectivo.<br />

Basta con que evoquemos el muro ecológico<br />

hacia el que nos lleva la aceleración del<br />

movimiento de la economía para hacer

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