JUAN ARANZADI - Prisa Revistas
JUAN ARANZADI - Prisa Revistas
JUAN ARANZADI - Prisa Revistas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
generando situaciones absolutamente contrarias<br />
a las deseadas. Por el contrario,<br />
tanto individual como colectivamente debe<br />
aumentar la credibilidad de los procesos<br />
de decisión universitarios; y la distribución<br />
de recursos debe justificarse por<br />
los resultados obtenidos en cada institución.<br />
El conjunto del sistema universitario<br />
debería asumir, para su propia supervivencia,<br />
la necesidad de introducir un<br />
cierto grado de desigualdad y de autonomía<br />
efectiva en sus estructuras, tanto dentro<br />
de cada universidad como entre universidades,<br />
que fomentara una cierta<br />
competitividad según criterios públicos<br />
para evitar que sea finalmente el mercado<br />
el que introduzca mayores desigualdades,<br />
según criterios mucho menos refinados.<br />
No hace falta recordar que en el mundo<br />
del conocimiento y la información, la demanda<br />
solvente es mucho más cruel que<br />
en cualquier otra parte, al expulsar todo<br />
aquello que no es útil a corto plazo.<br />
Las políticas universitarias actuales<br />
–así como los sistemas de control e incentivación–<br />
tratan por igual a todos los sectores<br />
de profesorado, a todas las habilidades<br />
universitarias y a todas comunidades<br />
de conocimiento, a pesar de que todos<br />
Nº 105 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />
éstos son muy distintos entre sí, también<br />
internamente, y de que –como consecuencia–<br />
sus estrategias laborales y de<br />
promoción social se han ido diferenciando<br />
muchísimo a lo largo de los años. Es<br />
necesario aceptar esta realidad y plantear<br />
una diversificación, exigiendo una mayor<br />
responsabilidad y profesionalidad a todos<br />
los niveles, correspondiendo a ésta con<br />
una remuneración adecuada y garantizando<br />
a la sociedad la mayor transparencia<br />
posible sobre los procesos de selección y<br />
promoción adoptados. Para salir de la interdependencia<br />
que estabiliza el equilibrio<br />
actual, debemos plantearnos como objetivo<br />
alcanzar un nuevo equilibrio, mucho<br />
más satisfactorio; en otras palabras, se trata<br />
de disponer de una visión realista –y<br />
optimista– sobre cómo puede ser la nueva<br />
universidad española en el futuro. La convergencia<br />
de expectativas sobre un nuevo<br />
modelo puede provocar el cambio.<br />
A continuación, esbozamos algunas<br />
propuestas concretas como sugerencias<br />
para reflexionar sobre posibles alternativas<br />
institucionales y organizativas realmente<br />
diferentes a las actuales. En todo caso, y<br />
siguiendo el argumento desarrollado, para<br />
conseguir una mejora significativa de la<br />
JACINT JORDANA/CARLES RAMIÓ<br />
universidad pública en España las nuevas<br />
reformas deberían atender, con un cierto<br />
grado de simultaneidad, a los cuatro<br />
grandes problemas mencionados:<br />
1) Política de selección del profesorado. Cada<br />
Universidad debería tener la capacidad<br />
de reclutar autónomamente a su profesorado,<br />
haciendo uso de la autonomía universitaria<br />
en la capacidad de selección de<br />
sus recursos humanos. Ello debería complementarse<br />
con un conjunto de controles<br />
internos y externos para asegurar la corrección<br />
de los procesos de selección. En<br />
todo caso, ¿cómo se pueden exigir responsabilidades<br />
a instituciones que no tienen<br />
la capacidad formal y real de seleccionar<br />
los efectivos de personal que consideran<br />
más capacitados –siempre respetando<br />
los principios públicos de acceso– para<br />
que contribuyan a alcanzar sus objetivos<br />
estratégicos?<br />
En primer lugar, es muy importante<br />
diferenciar los procesos de contratación<br />
del profesorado de carácter permanente<br />
de los que afectan al profesorado no permanente.<br />
Con relación a este último,<br />
consideramos que debería tener mucho<br />
más peso en nuestras universidades, pero<br />
con unas características distintas a las actuales,<br />
ya que a menudo se utiliza la contratación<br />
no permanente, en forma de<br />
ayudantías y contratos de asociados, como<br />
una fórmula de mantenimiento de<br />
una plantilla endogámica cada vez más<br />
envejecida, con unas condiciones laborales<br />
y económicas muy precarias, donde no<br />
se priman los principios de capacidad y<br />
mérito. En este sentido, una alternativa<br />
sería clarificar el carácter no permanente<br />
de los profesores en proceso de formación,<br />
distinguiendo los profesores que son<br />
doctores de los que aún se encuentran<br />
realizando el doctorado. Por una parte,<br />
para los doctores recientes, se trataría de<br />
fomentar su estabilidad con unas condiciones<br />
económicas próximas a las del profesorado<br />
permanente; mientras que para<br />
los no doctores, se debería fomentar más<br />
la vía de las becas y los contratos de ayudante.<br />
No se trata de conseguir profesorado<br />
“más barato”, sino de diseñar una carrera<br />
académica que introduzca un paso<br />
intermedio entre la obtención del título<br />
de doctor y la obtención de la condición<br />
de funcionario. De esta forma, la carrera<br />
académica del profesorado presentaría un<br />
nuevo momento-filtro que se añadiría a los<br />
dos filtros clásicos como son la consecución<br />
del doctorado y la obtención de una<br />
plaza de funcionario. Se trata de introducir<br />
una nueva categoría en la carrera aca-<br />
35