Competencias - Recursos para nuestras aulas 2.0

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44 que nos necesitan
Distinguir y valorar estados de salud y de enfermedad
Cuestión de solidaridad
En estas semanas del curso estamos estudiando
todo lo referente a nuestro propio cuerpo, el
desarrollo, la salud y la aceptación de nuestra
singularidad.
Dentro del campo de las actitudes no podemos
descuidar que nuestros alumnos, además de
observarse a sí mismos y estudiar lo que conocemos
como “normalidad” morfológica o funcional,
abran sus ojos a otras realidades, las conozcan y
sean solidarios con niños de su misma edad que
sufren en otras partes del mundo.
El objetivo de esta propuesta es lograr que
nuestros alumnos acepten como una causa suya
ciertos problemas que discriminan a un número
muy grande de niños del mundo y los tienen
sumidos en el sufrimiento, la discapacidad, el
hambre o la falta de afecto. No se trata de despertar
sentimientos fugaces basados en tópicos
o en casos espectaculares. Se trata, más bien,
de dedicar unos minutos a aspectos concretos,
tomando conciencia de sus causas y consecuencias
y conociendo la respuesta que diferentes
organizaciones están dando y que esperan nuestro
apoyo.
LA SALUD B Niños en el mundo
El punto de partida
El punto de partida para esta reflexión y formación
de opinión está en el conocimiento.
Los alumnos escucharán historias, noticias o
anécdotas, las analizarán con la capacidad que
en este momento cuentan, pero es importante
que, además, ellos mismos busquen la información:
se pregunten, pregunten en casa, localicen
lugares críticos en determinadas situaciones y
propongan acciones de futuro que, aunque sean
idealistas, limitadas o poco coherentes, van educando
en la solidaridad.
Sistema de trabajo
Con el fin de evitar la identificación fácil con
la anécdota o el tópico, es interesante que agrupemos
en sectores el acercamiento a los problemas
que sufre la población infantil en algunos
lugares del mundo. Podemos hacer coincidir el
análisis de cada sector con el tiempo en que se
están estudiando nociones relacionadas con él.
Por ejemplo, reflexionaremos sobre el hambre
que sufren los niños cuando estemos estudiando
la nutrición y la dieta. Estos son algunos de los
campos en que podemos profundizar.
La alimentación. Según la UNICEF, más de
8 millones de niños mueren al año de hambre.
El desarrollo corporal. Estudios de UNICEF
afirman también que de cada seis niños en el
África subsahariana uno no llega a cumplir cinco
años.
Las enfermedades. Según la Organización
Mundial de la Salud, todavía existen muchas
enfermedades infantiles sin erradicar, como, por
ejemplo, la malaria, las fiebres por la desnutrición,
el raquitismo... En muchos países faltan
médicos y medicinas.
El desarraigo afectivo. Motivado, fundamentalmente,
por las guerras y también por la
muerte de los padres, muchos niños crecen sin
familia o han sido llevados a países que no son
los suyos, lejos del ambiente familiar.
La explotación. En algunos lugares del
mundo, niños de la misma edad que nuestros
alumnos son obligados a realizar trabajos propios
de adultos, durante muchas horas y sin
ninguna protección.
La falta de escolarización. Otros niños no
pueden desarrollarse integralmente porque en el
lugar donde viven no hay escuelas ni medios de
aprendizaje o no se les permite acudir al colegio
porque tienen que trabajar o mendigar por las
calles.