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Edição Especial - Faap

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orden de magnitud, Easterly, Islam y Stiglitz mostraron que entre las<br />

economías no pertenecientes a la OECD ese porcentaje se ubica alrededor<br />

del 22% y que los downturns son aún mucho menos frecuentes entre los países<br />

industriales que en promedio experimentan caídas en el producto por habitante<br />

sólo algo más del 9% del tiempo.<br />

La dificultad para identificar y extrapolar tendencias de ingreso y de gasto<br />

también se reflejó en los vaivenes salvajes del producto por habitante en dólares<br />

constantes 8: en 1980 los argentinos generaron un PIB similar al que hasta la<br />

reciente revaluación del euro exhibió España, en torno a los 15 mil dólares. Este<br />

nivel resultó insostenible y un par de años después el producto por habitante había<br />

caído – naturalmente después de una crisis – a algo así como 5 mil dólares. La<br />

inestabilidad de fines de los años ochenta, que culminó en los episodios<br />

hiperinflacionarios de 1989 y 1990, redujo el PIB por habitante a poco más de 3<br />

mil dólares, inferior al de muchos de los países latinoamericanos. Pero poco tiempo<br />

después, en los años noventa, la Argentina alcanzó y mantuvo durante casi una<br />

década un PIB que osciló alrededor de los 8 mil dólares por habitante. Como una<br />

secuela de la caída del nivel de actividad y la depreciación post-convertibilidad, el<br />

mínimo de la serie es el del año 2002, con un valor inferior a los 3 mil dólares. Pese<br />

a la palpable recuperación económica, en el año 2005 el producto en dólares se<br />

ubicará apenas por encima de los 4 mil por habitante. En suma, al observar el<br />

patrón de fluctuaciones de los últimos 30 años es notable la amplitud del rango de<br />

la serie (casi 5 a 1) y sobre todo, la ausencia de períodos de crecimiento moderado,<br />

persistente y sin sobresaltos. Este comportamiento en un proceso que se<br />

retroalimenta entorpece la identificación de ingresos y gastos “permanentes” y por<br />

lo tanto, perturba las decisiones de consumo e inversión 9.<br />

8 En este cálculo del producto en dólares se toma como fecha base al año 2000.<br />

9 Cf. Heymann y Sanguinetti (1998)<br />

Conductas empresariales en la industria argentina, Bernardo Kosacoffy Adrián Ramos, p. 132-156<br />

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