“¿Qué diremos de los ricos (HOMBRES DOMINANTES) que se quedan con el sa<strong>la</strong>rio de los trabajadores (HOMBRES IGNORANTES), no so<strong>la</strong>mente con violencia y engaño, sino con el pretexto de <strong>la</strong>s leyes?”. “Estas invenciones de los poderosos (HOMBRES DOMINANTES), adornadas con los colores de <strong>la</strong> nación, se convierten en leyes; y los hombres perversos con codicia insaciable se reparten entre ellos los bienes que debían destinarse a <strong>la</strong> necesidad de todos”. <strong>La</strong> razón <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> <strong>fe</strong> Joaquín Cózar Infante 26
LO INEXPLICABLE DE LA CREACIÓN: DIOS. Debemos tras<strong>la</strong>darnos necesariamente al principio de <strong>la</strong> explicación del mundo. En él veíamos, <strong>com</strong>o punto de partida, dos conceptos: EVOLUCIÓN y CREACIÓN. Del concepto EVOLUCIÓN ya se ha hab<strong>la</strong>do suficiente, estando c<strong>la</strong>ramente en<strong>la</strong>zado el principio con <strong>la</strong> época actual. Pero hemos dejado intencionadamente ais<strong>la</strong>do, sin nombrarlo, quieto, el concepto de CREACIÓN, que suponía lo inexplicable, lo divino, DIOS. Más no debe confundirse al DIOS de <strong>la</strong> CREACIÓN con el dios que se introduce en <strong>la</strong> EVOLUCIÓN del hombre del que ya hemos hab<strong>la</strong>do. Para no confundirlos, hemos denominado “dios” al creado por el hombre en <strong>la</strong> EVOLUCIÓN, y “DIOS” al de <strong>la</strong> CREACIÓN. Lo que los hombres, aún en sus cotas mas altas de INTELIGENCIA, no han podido ac<strong>la</strong>rar, ni ac<strong>la</strong>rarán nunca, es , ¿qué es el universo? y cómo es el creador o promotor de esa obra inmensa a quien hemos denominado DIOS. Decía Santo Tomás Moro que todos los hombres creen en una divinidad oculta, eterna, inmensa e inexplicable. Ese DIOS inexplicable e inalcanzable, que dirige el universo, que no interviene en <strong>la</strong> EVOLUCIÓN del hombre, se desliga totalmente de él en el mismo momento en que empieza <strong>la</strong> EVOLUCIÓN, dejándolo libre. Ese DIOS se mantiene vivo en el mundo de lo INEXPLICABLE, observa <strong>la</strong> evolución del hombre desde el principio hasta el final, pero no interviene nunca en el desarrollo de los actos humanos. Así <strong>com</strong>o <strong>la</strong> EVOLUCIÓN nace, se desarrol<strong>la</strong> y tendrá su fin, el hombre en sí mismo nace, vive y muere, sin que haya nada ni nadie que altere este proceso natural, ni hay nadie que desde lo EXPLICABLE pueda saber lo que hay después de esa muerte. Este DIOS, que inevitablemente tiene que ser justo, organizado, de infinita sabiduría para contro<strong>la</strong>r todo lo que existe en el universo, es sólo PRINCIPIO y FIN en <strong>la</strong> evolución. El Hombre desde el principio de su EVOLUCIÓN eligió su forma de vivir y de emplear su inteligencia, él mismo fue el que inventó el SOMETIMIENTO y el ACATAMIENTO, él crea sus propias leyes, eligió su destino, distribuyó erróneamente <strong>la</strong> tierra, <strong>la</strong>s riquezas, creó el poder, <strong>la</strong> injusticia y <strong>la</strong> explotación, hizo el mundo a su conveniencia y no repartió los bienes por igual. Todo el desajuste social, económico y el desarrollo injusto del mundo es obra del hombre. <strong>La</strong> razón <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> <strong>fe</strong> Joaquín Cózar Infante 27