La razón sobre la fe - Publicatuslibros.com

Código de la Alianza, que pasó a manos de Josué, Josué a los ancianos, los ancianos a los
profetas y los profetas a manos de los hombres de la Gran Sinagoga.
El Código Babilónico, tiene algunos preceptos que son muy semejantes a los de la ley de
MOISÉS.
La ley de MOISÉS no contiene exclusivamente las normas que rigen la vida religiosa del
pueblo israelita, sino también su historia. La Ley de MOISÉS sitúa a la mujer en una posición
claramente inferior a la del varón.
A través de las generaciones de ADAN y EVA se da continuamente el concepto de
Patriarcado.
El HOMBRE IGNORANTE a través de su EVOLUCIÓN, tiene que organizarse dentro del
dominio impuesto por el HOMBRE DOMINANTE, creando sus normas de convivencia y
dirigidos por aquellos de más avanzada edad que poseen la experiencia; de ellos sale el
concepto de PATRIARCA, es decir, el que manda y hace cumplir las normas de convivencia.
En la etapa histórica anterior a ABRAHAM, ISAAC y JACOB, que corresponde a la Edad del
Bronce, entre mil quinientos y dos mil años antes de nuestra era, encontramos en los pueblos,
en medio de los que viven los Patriarcas, usos y costumbres de una rudeza y crueldad
extraordinarias.
Las leyes anteriores a MOISÉS comprometían a personas aisladas o a familias, como la de
ABRAHAM. La ley de MOISÉS se hace para todo el pueblo, es más universal.
Escrita la ley por MOISÉS, la entregó a los sacerdotes. hijos de Leví, y a todos los ancianos de
Israel, mandándoles: Al fin de cada septenio leerlas ante todo Israel, a sus oídos.
Toda la ley se guardó en el Arca de la Alianza.
LOS PROFETAS.
Es necesario aclarar el concepto de PROFETA en la EVOLUCIÓN del HOMBRE
IGNORANTE, a través de su historia.
El Profeta, el verdadero profeta es elegido. En el pueblo de Israel surgieron “sociedades de
Profetas”, gente que se autonombraban profetas con el fin, quizás inicialmente sincero, de
promover la vida religiosa, para terminar, casi siempre, siendo vividores dispuestos a sacarle
buen jugo a su pretendido carisma.
El verdadero Profeta dentro del pueblo de Israel es el que clama con su voz el cumplimiento de
lo esencial, recuerda las alianzas y la vocación religiosa de los pueblos. Utilizan la lengua como
látigo y siembra esperanza.
El Profeta no es un fustigador sino el hermano que ha recibido un don más alto , y con él
alimenta el caminar hacia delante.
La razón sobre la fe Joaquín Cózar Infante 36