La razón sobre la fe - Publicatuslibros.com

sido capaz de destruirla, aunque se nos presente actualmente totalmente distorsionada y
adaptada a la conveniencia de la estructura injusta del mundo actual.
DIOS no espera en esa dimensión inexplicable del principio, ni observa el desarrollo de la vida
del hombre, no interviene, porque entonces se convertiría en una especie de titiritero. Al final
de la vida del hombre en el mundo, es decir, cuando llegue su destrucción o la muerte, el
hombre no pasará a otra dimensión inexplicable donde le aguarde DIOS.
Debemos pensar por lógica, que ese DIOS inexplicable, al ser autor de esa inmensidad del
universo, con solo eso, es suficiente que imaginemos su poder y su justicia. Pero nada se puede
especular de sus intenciones, porque nada se conoce de ÉL.
Si el hombre, que ha conocido las enseñanzas de JESÚS, hubiera tenido la valentía de llevarlas
hasta su límite de cumplimiento, sería ahora un hombre libre, desatado de la confusión, pero,
¿quién se atreve a combatir y defender su doctrina en toda su pureza, ante un mundo tan
complejo de estructuras falsas por tantos y tantos siglos de explotación y sometimiento de unos
contra otros?, ¿es que iban a permitir los poderosos aplicar una doctrina que siendo justa
desmoronaría a la sociedad que ellos mismos han creado a lo largo de los siglos?. Las
enseñanzas de JESÚS tuvieron que ser cambiadas o sometidas a transformaciones en su
contenido para poder hacer sobrevivir a aquellos que la llevaron a cabo, sin duda así pudieron
tener cabida y no ser rechazadas e integrarse con sus defectos a los hombres dominantes. Es
decir, de nuevo se repite lo que al principio de la evolución se llamó el sometimiento del
hombre dominante hacia el hombre ignorante.
La única esperanza del mundo actual sería el triunfo de que la obra de algunos pocos hombres
que actúan de acuerdo con JESÚS, lleguen a cambiar al cristiano de hoy día, y que no sean
aniquilados por los sistemas políticos, militares y leyes injustas, por el bien de la humanidad.
Yo creo profundamente en DIOS, en JESUCRISTO , su entorno y su doctrina, pero nunca
creeré en el hombre que pretende justificar sus injusticias con el miedo y la condenación de un
dios que no tiene sentido; ni tampoco en los que siembran la explotación, el hambre, las
guerras y todas aquellas miserias humanas de las que están llenando el mundo llamándolas
“progreso y desarrollo”, cuando ese progreso y desarrollo son los que van a llevar al mundo a
su destrucción.
La evolución del hombre es caduca, tiene principio y también tiene fin. Hablar del fin del
mundo es asegurar que el hombre va a ser capaz de “cargarse” el mundo en que vive. La Tierra
en que vivimos es una tan infinitamente pequeñísima parte del universo que nunca será
destruida, pero sí que el hombre logrará eliminar sus recursos y hacer desaparecer todo vestigio
de especie animal y humana.
Pero después de una evolución vendrá otra y se volverá a un nuevo principio. Todo lo que hay
en la Tierra podrá ser arrasado, pero lo que no desaparecerá jamás es el orden del universo.
DIOS estará siempre presente en su CREACIÓN, y su CREACIÓN no se limita únicamente a
nuestro planeta.
El hombre muere, desaparece, y no hay NADA más.
La razón sobre la fe Joaquín Cózar Infante 94